20100919

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO








EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
I

Los antepasados de Jesucristo:
Libro de la genealogía (los antepasados) de Jesucristo (Jesús el Mesías), hijo (descendiente) de David, hijo (descendiente) de Abraham.
Abraham fue padre de Isaac, Isaac de Jacob, y Jacob de Judá y de sus hermanos; Judá fue padre de Fares y de Zara, cuya madre fue Tamar; Fares fue padre de Esrom, y Esrom de Aram; Aram fue padre de Aminadab, Aminadab de Naasón, y Naasón de Salmón; Salmón fue padre de Booz, cuya madre fue Rahab; Booz fue padre de Obed, cuya madre fue Rut; y Obed fue padre de Isaí; Isaí fue padre del rey David. Y David fue padre de Salomón, cuya madre Betsabé había sido mujer de Urías.
Salomón fue padre de Roboam, Roboam de Abías, y Abías de Asa; Asa fue padre de Josafat, Josafat de Joram, y Joram de Uzías; Uzías fue padre de Jotam, Jotam de Acaz, y Acaz de Ezequías; Ezequías fue padre de Manasés, Manasés de Amón, y Amón de Josías; Josías fue padre de Jeconías (llamado también Joaquín) y de sus hermanos durante la deportación a Babilonia.
Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue padre de Salatiel, y Salatiel de Zorobabel; Zorobabel fue padre de Abiud, Abiud de Eliaquim, y Eliaquim de Azor; Azor fue padre de Sadoc, Sadoc de Aquim, y Aquim de Eliud; Eliud fue padre de Eleazar, Eleazar de Matán, y Matán de Jacob; Jacob fue padre de José, el marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo (el Mesías).
De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones; y desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.

Nacimiento de Jesucristo:
El nacimiento de Jesucristo fue como sigue: estando Su madre María comprometida para casarse con José, antes de que se llevara a cabo el matrimonio, se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo.
Entonces José su marido, siendo un hombre justo y no queriendo denunciarla públicamente, quiso abandonarla en secreto. Pero mientras pensaba en esto, se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciéndole: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque el Niño que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo. Y dará a luz un Hijo, y Le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a Su pueblo de sus pecados.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta (Isaías), diciendo: "HE AQUI, LA VIRGEN CONCEBIRA Y DARA A LUZ UN HIJO, Y LE PONDRAN POR NOMBRE EMMANUEL," que traducido significa: "DIOS CON NOSOTROS."
Cuando José despertó del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a María como su mujer; y la conservó virgen hasta que dio a luz un Hijo; y Le puso por nombre Jesús.

II

La visita de los sabios de Oriente:
Después de nacer Jesús en Belén (Casa del Pan) de Judea, en tiempos del rey Herodes (el Grande), unos sabios (magos) del oriente llegaron a Jerusalén (Ciudad de Paz), preguntando:  ¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque vimos Su estrella en el oriente y Lo hemos venido a adorar.
Cuando lo oyó el rey Herodes (el Grande), se turbó, y toda Jerusalén con él. Entonces, el rey reunió a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, y averiguó de ellos dónde había de nacer el Cristo (el Mesías). Y ellos le dijeron: "En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta: Y TU, BELEN, TIERRA DE JUDA, DE NINGUN MODO ERES LA MAS PEQUEÑA ENTRE LOS PRINCIPES DE JUDA; PORQUE DE TI SALDRA UN GOBERNANTE QUE PASTOREARA A MI PUEBLO ISRAEL.
Entonces Herodes (el Grande) llamó a los sabios (magos) en secreto y de ellos determinó el tiempo exacto en que había aparecido la estrella. Y enviándolos a Belén (Casa del Pan), dijo: Vayan y busquen con diligencia al Niño; y cuando Lo encuentren, avísenme para que yo también vaya y Lo adore.
Después de oír al rey, los sabios (magos) se fueron; y la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño. Cuando vieron la estrella, se regocijaron mucho con gran alegría. Entrando en la casa, vieron al Niño con Su madre María, y postrándose Lo adoraron; y abriendo sus tesoros Le presentaron obsequios de oro, incienso y mirra.
Y habiendo sido advertidos por Dios en sueños que no volvieran a Herodes (el Grande), se fueron para su tierra por otro camino.

La familia de Jesús huye a Egipto:
Después de haberse marchado ellos, un ángel del Señor se apareció a José en sueños, diciendo: Levántate, toma al Niño y a Su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes (el Grande) quiere buscar y matar al Niño. Y levantándose José, tomó de noche al Niño y a Su madre, y se trasladó a Egipto; estuvo allá hasta la muerte de Herodes (el Grande), para que se cumpliera lo que el Señor habló por medio del profeta, diciendo: "DE EGIPTO LLAME A MI HIJO."

Herodes intenta matar a Jesús:
Herodes (el Grande), al verse burlado por los sabios (magos), se enfureció en gran manera, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los sabios (magos).
Entonces se cumplió lo que fue dicho por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: SE OYO UNA VOZ EN RAMA, LLANTO Y GRAN LAMENTACION; RAQUEL QUE LLORA A SUS HIJOS, Y QUE NO QUISO SER CONSOLADA PORQUE YA NO EXISTEN."

La familia de Jesús se establece en Nazaret:
Pero cuando murió Herodes (el Grande), un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto, diciéndole: Levántate, toma al Niño y a Su madre y vete a la tierra de Israel, porque los que atentaban contra la vida del Niño han muerto. Y levantándose, José tomó al Niño y a Su madre, y vino a la tierra de Israel. Pero cuando oyó que Arquelao reinaba sobre Judea en lugar de su padre Herodes (el Grande), tuvo miedo de ir allá; y advertido por Dios en sueños, se fue para la región de Galilea. Cuando llegó, vivió en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio de los profetas: "El será llamado Nazareno."

III

Predicación de Juan el Bautista:
En aquellos días llegó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Porque este Juan es aquél a quien se refirió el profeta Isaías, cuando dijo: "VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: “PREPAREN EL CAMINO DEL SEÑOR, HAGAN DERECHAS SUS SENDAS.” Y él, Juan, tenía un vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas (saltamontes) y miel silvestre.
Entonces Jerusalén, toda Judea y toda la región alrededor del Jordán, acudían a él, y confesando sus pecados, eran bautizados por Juan en el río Jordán. Pero cuando vio que muchos de los Fariseos y Saduceos venían para el bautismo, les dijo: ¡Camada de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que está al venir? Por tanto, den frutos dignos de arrepentimiento; y no piensen que pueden decirse a sí mismos: 'Tenemos a Abraham por padre,' porque les digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. Yo, en verdad, los bautizo a ustedes con agua para arrepentimiento, pero Aquél que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitar las sandalias; El los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Trae su pala en Su mano y limpiará completamente Su era; y recogerá Su trigo en el granero, pero quemará la paja en un fuego que no se apaga.

El bautismo de Jesús:
Entonces Jesús llegó de Galilea al Jordán, a donde estaba Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trató de impedirlo, diciendo: "Yo necesito ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí?" Jesús le respondió: "Permítelo ahora; porque es conveniente que así cumplamos toda justicia." Entonces Juan consintió.
Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y los cielos se abrieron en ese momento y él (Juan) vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre El.
Y se oyó una voz de los cielos que decía: "Este es Mi Hijo amado en quien Me he complacido."

IV

El diablo pone a prueba a Jesús:
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu (Santo) al desierto para ser tentado (puesto a prueba) por el diablo.
Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre. Y acercándose el tentador, Le dijo: Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan. Pero Jesús le respondió: “Escrito está: NO SOLO DE PAN VIVIRA EL HOMBRE, SINO DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS.”
Entonces el diablo Lo llevó a la ciudad santa, y Lo puso sobre el pináculo del templo, y Le dijo: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está: 'A SUS ANGELES TE ENCOMENDARA,' Y: 'EN LAS MANOS TE LLEVARAN, NO SEA QUE TU PIE TROPIECE EN PIEDRA. Jesús le contestó: "También está escrito: 'NO TENTARAS (NO PONDRAS A PRUEBA) AL SEÑOR TU DIOS.'"
Otra vez el diablo Lo llevó a un monte muy alto, y Le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y Le dijo: Todo esto Te daré, si Te postras y me adoras. Entonces Jesús le dijo: “¡Vete, Satanás! Porque escrito está: 'AL SEÑOR TU DIOS ADORARAS, Y SOLO A EL SERVIRAS (rendirás culto).” El diablo entonces Lo dejó; y al instante, unos ángeles vinieron y Le servían.

Comienzo del ministerio de Jesús:
Cuando Jesús oyó que Juan había sido encarcelado, regresó a Galilea. Saliendo de Nazaret, fue a vivir en Capernaúm, que está junto al mar, en la región de Zabulón y de Neftalí; para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo: ¡TIERRA DE ZABULON Y TIERRA DE NEFTALI, CAMINO DEL MAR, AL OTRO LADO DEL JORDAN, GALILEA DE LOS GENTILES (DE LAS NACIONES)! EL PUEBLO ASENTADO EN TINIEBLAS VIO UNA GRAN LUZ, Y A LOS QUE VIVIAN EN REGION Y SOMBRA DE MUERTE, UNA LUZ LES RESPLANDECIO.
Desde entonces Jesús comenzó a predicar: "Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado."

Jesús llama a cuatro pescadores:
Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red al mar, porque eran pescadores. Y les dijo: "Vengan en pos de Mí, y Yo los haré pescadores de hombres." Entonces ellos, dejando al instante las redes, Lo siguieron. Y pasando de allí, Jesús vio a otros dos hermanos, Jacobo (Santiago), hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, remendando sus redes, y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, Lo siguieron.

Jesús enseña y sana a mucha gente:
Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio (las buenas nuevas) del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Se extendió Su fama por toda Siria; y traían a Él todos los que estaban enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, los endemoniados, epilépticos y paralíticos, y Él los sanaba. Y Lo siguieron grandes multitudes de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán.

V

EL SERMÓN DEL MONTE
Cuando Jesús vio a las multitudes, subió al monte; y después de sentarse, Sus discípulos se acercaron a Él.
Y abriendo Su boca, les enseñaba, diciendo:

Las bienaventuranzas:
"Bienaventurados (Felices) los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.
"Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.
"Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra.
"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.
"Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.
"Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.
"Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
"Bienaventurados aquéllos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.
"Bienaventurados serán cuando los insulten y persigan, y digan todo género de mal contra ustedes falsamente, por causa de Mí.
"Regocíjense y alégrense, porque la recompensa de ustedes en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes”.

Sal y luz del mundo:
“Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres”.
“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija (un almud), sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. "Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos”.

Jesús enseña sobre la Ley:
“No piensen que he venido para poner fin a la Ley o a los Profetas; no he venido para poner fin, sino para cumplir. Porque en verdad les digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la Ley hasta que toda se cumpla. Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos”.

Jesús enseña una justicia superior:
“Porque les digo a ustedes que si su justicia no supera la de los escribas y Fariseos, no entrarán en el reino de los cielos”.

1.      Sobre la ira, enojo, homicidio:
“Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: 'NO MATARAS' y: 'Cualquiera que cometa homicidio será culpable (responsable) ante la corte.' Pero Yo les digo que todo aquél que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: 'Insensato (Inútil)' a su hermano, será culpable ante la corte suprema (el Sanedrín); y cualquiera que diga: 'Idiota,' será merecedor del infierno de fuego. Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Ponte de acuerdo pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y seas echado en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo”.

2.     Sobre el adulterio:
“Ustedes han oído que se dijo: 'NO COMETERAS ADULTERIO.' Pero Yo les digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón”.
“Si tu ojo derecho te hace pecar, arráncalo y tíralo; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtala y tírala; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno”.

3.     Sobre el divorcio:
“También se dijo: 'CUALQUIERA QUE REPUDIE A SU MUJER, QUE LE DE CARTA DE DIVORCIO.' "Pero Yo les digo que todo el que se divorcia de su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer divorciada, comete adulterio”.

4.     Sobre el juramento:
“También han oído que se dijo a los antepasados: 'NO JURARAS FALSAMENTE, SINO QUE CUMPLIRAS TUS JURAMENTOS AL SEÑOR.' Pero Yo les digo: no juren de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de Sus pies; ni por Jerusalén, porque es LA CIUDAD DEL GRAN REY. Ni jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello. Antes bien, sea el hablar de ustedes: 'Sí, sí' o 'No, no'; porque lo que es más de esto, procede del mal (del maligno)”.

5.     Sobre la venganza:
“Ustedes han oído que se dijo: 'OJO POR OJO Y DIENTE POR DIENTE.' Pero Yo les digo: no resistan al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa. Y cualquiera que te obligue a ir un kilómetro, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda”.

6.     Sobre el amor a los enemigos:
“Ustedes han oído que se dijo: 'AMARAS A TU PROJIMO y odiarás a tu enemigo.' "Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, para que ustedes sean hijos de su Padre que está en los cielos; porque Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa tienen? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen más que otros? ¿No hacen también lo mismo los Gentiles (los paganos)? Por tanto, sean ustedes perfectos como su Padre celestial es perfecto”.

VI

Jesús enseña sobre tres prácticas de piedad:
“Cuídense de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendrán recompensa de su Padre que está en los cielos”.

  1. Sobre la limosna:
“Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”.

  1. Sobre la oración:
“Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Y al orar, no usen ustedes repeticiones sin sentido, como los Gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no se hagan semejantes a ellos; porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes que ustedes lo pidan.
Ustedes, pues, oren de esta manera: 'Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea Tu nombre. 'Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, Así en la tierra como en el cielo. 'Danos hoy el pan nuestro de cada día. 'Y perdónanos nuestras deudas (ofensas, pecados), como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores (los que nos ofenden, nos hacen mal). 'Y no nos metas (no nos dejes caer) en tentación, sino líbranos del mal (del maligno). Porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén.'
Porque si ustedes perdonan a los hombres sus transgresiones (faltas, delitos), también su Padre celestial les perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los hombres, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus transgresiones (faltas, delitos)”.

  1. Sobre el ayuno:
“Y cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no hacer ver a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”.

La verdadera riqueza:
“No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban; porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”.

La lámpara del cuerpo:
“La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad!”

Dios y las riquezas:
“Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o apreciará a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas”.

Las preocupaciones (Dios cuida a sus hijos):
“Por eso les digo, no se preocupen por su vida, qué comerán o qué beberán; ni por su cuerpo, qué vestirán. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas? ¿Quién de ustedes, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? Y por la ropa, ¿por qué se preocupan? Observen cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan. Pero les digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si Dios así viste la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará El mucho más por ustedes, hombres de poca fe? Por tanto, no se preocupen, diciendo: '¿Qué comeremos?' o '¿qué beberemos?' o '¿con qué nos vestiremos?' Porque los Gentiles (los paganos) buscan ansiosamente todas estas cosas; que el Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por tanto, no se preocupen por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástenle a cada día sus propios problemas”.

VII

No juzgar a los demás :
“No juzguen para que no sean juzgados. Porque con el juicio con que ustedes juzguen, serán juzgados; y con la medida con que midan, se les medirá. ¿Por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: 'Déjame sacarte la mota del ojo,' cuando la viga está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano. No den lo santo a los perros, ni echen sus perlas delante de los cerdos, no sea que las huellen con sus patas, y volviéndose los despedacen a ustedes”.

Pedir, buscar y llamar a la puerta (La oración, y la regla de oro) :
“Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O qué hombre hay entre ustedes que si su hijo le pide pan, le dará una piedra, o si le pide un pescado, le dará una serpiente?”
“Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que Le piden? Por eso, todo cuanto quieran que los hombres les hagan, así también hagan ustedes con ellos, porque ésta es la Ley y los Profetas”.

La puerta angosta (estrecha) :
“Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición (destrucción), y muchos son los que entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.

Por sus frutos los conocerán :
“Cuídense de los falsos profetas, que vienen a ustedes con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. Así que, por sus frutos los conocerán”.

Jamás los conocí :
“No todo el que Me dice: 'Señor, Señor,' entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos”.
“Muchos Me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?' Entonces les declararé: 'Jamás los conocí; APARTENSE DE MI, LOS QUE PRACTICAN LA INIQUIDAD.'”

Dos clases de personas (Los dos cimientos) :
“Por tanto, cualquiera que oye estas palabras Mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.
“Todo el que oye estas palabras Mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción."
Cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes se admiraban de Su enseñanza; porque les enseñaba como Uno que tiene autoridad, y no como sus escribas.
(Fin del Sermón del Monte)

VIII

Jesús sana a un leproso :
Cuando Jesús bajó del monte, grandes multitudes Lo seguían. Y se acercó un leproso y se postró ante El, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: "Quiero; sé limpio." Y al instante quedó limpio de su lepra. Entonces Jesús le dijo: "Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio a ellos."

Jesús sana al criado de un centurión :
Al entrar Jesús en Capernaúm, se acercó un centurión y Le suplicó: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, sufriendo mucho. Y Jesús le dijo: "Yo iré y lo sanaré." Pero el centurión respondió: Señor, no soy digno de que Tú entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi criado quedará sano. Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con soldados a mis órdenes; y digo a éste: 'Ve,' y va; y al otro: 'Ven,' y viene; y a mi siervo: 'Haz esto,' y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que Lo seguían: "En verdad les digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande. Y les digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes." Entonces Jesús dijo al centurión: "Vete; así como has creído, te sea hecho." Y el criado fue sanado en esa misma hora.

Jesús sana a la suegra de Pedro :
Cuando Jesús llegó a casa de Pedro, vio a la suegra de éste que estaba en cama con fiebre. Le tocó la mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó y Le servía.

Jesús sana a mucha gente :
Y al atardecer, Le trajeron muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con Su palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías cuando dijo: "EL TOMO NUESTRAS FLAQUEZAS Y LLEVO NUESTRAS ENFERMEDADES."

Para seguir a Jesús :
Viendo Jesús una multitud a Su alrededor, dio orden de pasar al otro lado del mar. Y un escriba se acercó y Le dijo: Maestro, Te seguiré adondequiera que vayas. Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras (cuevas) y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza."
Otro de los discípulos Le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. Pero Jesús le contestó: "Ven tras Mí, y deja que los muertos entierren a sus muertos."

Jesús calma la tormenta :
Cuando entró Jesús en la barca, Sus discípulos Lo siguieron. Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar de Galilea, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido.
Llegándose a Él, Lo despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos , que perecemos! Y El les contestó: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?" Entonces Jesús se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma.  
Los hombres se maravillaron, y decían: "¿Quién es Este, que aun los vientos y el mar Lo obedecen?"

Dos hombres con muchos demonios :
Al llegar Jesús al otro lado, a la tierra de los Gadarenos, fueron a Su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, violentos en extremo, de manera que nadie podía pasar por aquel camino. Y gritaron: ¿Qué hay entre Tú y nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes del tiempo (designado para el juicio)? A cierta distancia de ellos estaba paciendo una manada de muchos cerdos; y los demonios Le rogaban: Si vas a echarnos fuera, mándanos a la manada de cerdos. ¡Vayan! les dijo Jesús. Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y la manada entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas. Los que cuidaban la manada huyeron; y fueron a la ciudad y lo contaron todo, incluso lo de los endemoniados. Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando Lo vieron, Le rogaron que se fuera de su región.

IX

Jesús perdona y sana a un paralitico :
Subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado del mar y llegó a Su ciudad. Y Le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: "Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados." Y algunos de los escribas decían para sí: Este blasfema. Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: "¿Por qué piensan mal en sus corazones? Porque, ¿qué es más fácil, decir: 'Tus pecados te son perdonados,' o decir: 'Levántate, y anda'? Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados," entonces dijo al paralítico: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa." Y levantándose, el paralítico se fue a su casa.
Pero cuando las multitudes vieron esto, sintieron temor, y glorificaron a Dios, que había dado tal poder (autoridad) a los hombres.

Jesús llama a Mateo :
Cuando Jesús se fue de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: "¡Ven tras Mí!" Y levantándose, Lo siguió. Y estando El sentado a la mesa en la casa, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y se sentaron a la mesa con Jesús y Sus discípulos.
Cuando los Fariseos vieron esto, dijeron a Sus discípulos: ¿Por qué come su Maestro con los recaudadores de impuestos y pecadores? Al oír Jesús esto, dijo: "Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. Pero vayan, y aprendan lo que significa: 'MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO'; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores."

Jesús enseña sobre el ayuno :
Entonces los discípulos de Juan se acercaron a Jesús, diciendo: ¿Por qué nosotros y los Fariseos ayunamos, pero Tus discípulos no ayunan? Y Jesús les respondió: "¿Acaso los acompañantes del novio pueden estar de luto mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo; porque el remiendo al encogerse tira del vestido y se produce una rotura peor. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan."

Una niña muerta y una mujer con flujo de sangre :
Mientras Jesús les decía estas cosas, vino un oficial de la sinagoga y se postró delante de Él, diciendo: Mi hija acaba de morir; pero ven y pon Tu mano sobre ella, y vivirá. Levantándose Jesús, lo siguió, y también Sus discípulos.
Y una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se Le acercó por detrás y tocó el borde de Su manto; pues decía para sí: Si tan sólo toco Su manto, sanaré. Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: "Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado." Y al instante la mujer quedó sana.
Cuando Jesús entró en la casa del oficial, y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden, les dijo: "Retírense, porque la niña no ha muerto, sino que está dormida." Y se burlaban de Él. Pero cuando habían echado fuera a la gente, El entró y la tomó de la mano; y la niña se levantó.
 Y esta noticia (fama) se difundió por toda aquella tierra.

Jesús sana a dos ciegos :
Al irse Jesús de allí, dos ciegos Lo siguieron, gritando: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Después de entrar en la casa, se acercaron a Él los ciegos, y Jesús les dijo: "¿Creen que puedo hacer esto?" Sí, Señor, Le respondieron. Entonces les tocó los ojos, diciendo: "Hágase en ustedes según su fe." Y se les abrieron los ojos. Y Jesús les advirtió rigurosamente: "Miren que nadie lo sepa." Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron Su fama por toda aquella tierra.

Jesús sana a un mudo endemoniado :
Al salir ellos de allí, Le trajeron un mudo endemoniado. Después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: Jamás se ha visto cosa igual en Israel. Pero los Fariseos decían: "El echa fuera los demonios por el príncipe de los demonios."

Jesús tiene compasión por la gente (La cosecha es mucha) :
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a Sus discípulos: "La cosecha es mucha, pero los obreros pocos. Por tanto, pidan al Señor de la cosecha que envíe obreros a Su cosecha."

X

Jesús escoge a los doce apóstoles :
Llamando a Sus doce discípulos, Jesús les dio poder (autoridad) sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
Los nombres de los doce apóstoles son éstos: primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; y Jacobo (Santiago), el hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Jacobo (Santiago), el hijo de Alfeo, y Tadeo;  Simón el Cananita (el Zelote), y Judas Iscariote, el que también Lo entregó.

Jesús instruye y envía a los apóstoles :
A estos doce envió Jesús después de instruirlos, diciendo: “No vayan por el camino de los Gentiles ni entren en ninguna ciudad de los Samaritanos. Si no vayan más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y cuando vayan, prediquen diciendo: 'El reino de los cielos se ha acercado.' Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios; de gracia recibieron, den de gracia. No se provean de oro, ni de plata, ni de cobre para llevar en sus cintos, ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de sandalias, ni de bordón; porque el obrero es digno de su sostén. En cualquier ciudad o aldea donde entren, averigüen quién es digno en ella, y quédense allí hasta que se marchen. Al entrar en la casa, denle su saludo de paz . Y si la casa es digna, que su saludo de paz venga sobre ella; pero si no es digna, que su saludo de paz se vuelva a ustedes. Cualquiera que no los reciba ni oiga sus palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudan el polvo de sus pies. En verdad les digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y Gomorra que para esa ciudad”.

Advertencia sobre el peligro (Persecuciones) :
“Miren, Yo los envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sean astutos como las serpientes e inocentes como las palomas. Pero cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales (sanedrines) y los azotarán en sus sinagogas; y hasta serán llevados delante de gobernadores y reyes por Mi causa, como un testimonio a ellos y a los Gentiles. Pero cuando los entreguen, no se preocupen de cómo o qué hablarán; porque a esa hora se les dará lo que habrán de hablar. Porque no son ustedes los que hablan, sino el Espíritu de su Padre que habla en ustedes”. 
“El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte. Y serán odiados de todos por causa de Mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo. Pero cuando los persigan en esta ciudad, huyan a la otra; porque en verdad les digo, que no terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre”.
“Un discípulo no está por encima del maestro, ni un siervo por encima de su señor. Le basta al discípulo llegar a ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al dueño de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su casa!”

Consejos (Hablar sin temor) :
“Así que no les tengan miedo, porque nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse. Lo que les digo en la oscuridad, háblenlo en la luz; y lo que oyen al oído, proclámenlo desde las azoteas”.
“No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien teman a Aquél que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno. ¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo el Padre. Y hasta los cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. Así que no teman; ustedes valen más que muchos pajarillos”.

Reconocer a Jesucristo delante de los hombres :
“Por tanto, todo el que Me confiese delante de los hombres, Yo también lo confesaré delante de Mi Padre que está en los cielos. Pero cualquiera que Me niegue delante de los hombres, Yo también lo negaré delante de Mi Padre que está en los cielos”.

Jesús advierte a sus discípulos (Jesús, causa de división) :
“No piensen que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada. Porque vine a PONER AL HOMBRE CONTRA SU PADRE, A LA HIJA CONTRA SU MADRE, Y A LA NUERA CONTRA SU SUEGRA; y LOS ENEMIGOS DEL HOMBRE serán LOS DE SU MISMA CASA”.
“El que ama al padre o a la madre más que a Mí, no es digno de Mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a Mí, no es digno de Mí”.
“Y el que no toma su cruz y sigue en pos de Mí, no es digno de Mí. El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por Mi causa, la hallará”.

Recompensas :
“El que los recibe a ustedes, Me recibe a Mí; y el que Me recibe a Mí, recibe al que Me envió. El que recibe a un profeta como profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo como justo, recibirá recompensa de justo. Y cualquiera que como discípulo dé a beber aunque sólo sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, en verdad les digo que no perderá su recompensa”.

XI
Los mensajeros de Juan el bautista :
Y sucedió que cuando Jesús terminó de dar instrucciones a Sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y predicar en las ciudades de ellos.
Al oír Juan en la cárcel de las obras de Cristo (el Mesías), mandó por medio de sus discípulos a decir a Jesús: ¿Eres Tú el que ha de venir, o esperaremos a otro? Jesús les respondió: "Vayan y cuenten a Juan lo que oyen y ven: los CIEGOS RECIBEN LA VISTA y los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los POBRES SE LES ANUNCIA EL EVANGELIO (LAS BUENAS NUEVAS). Y bienaventurado es el que no se escandaliza de Mí."
Mientras ellos (los discípulos de Juan) se iban, Jesús comenzó a hablar a las multitudes acerca de Juan: "¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? Pero, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Miren, los que usan ropas finas están en los palacios de los reyes. Pero, ¿qué salieron a ver? ¿A un profeta? Sí, les digo, y uno que es más que un profeta. Este es de quien está escrito: 'HE AQUI, YO ENVIO MI MENSAJERO DELANTE DE TI, QUIEN PREPARARA TU CAMINO DELANTE DE TI.' En verdad les digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza. Porque todos los profetas y la Ley profetizaron hasta Juan. Y si quieren aceptarlo, él es Elías, el que había de venir. El que tiene oídos, que oiga. Pero, ¿con qué compararé a esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, que dan voces a los otros, y dicen: 'Les tocamos la flauta, y no bailaron; entonamos endechas (cantos fúnebres), y no se lamentaron.' Porque vino Juan que no comía ni bebía, y dicen: 'Tiene un demonio.' Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: 'Miren, un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores.' Pero la sabiduría se justifica por sus hechos."

Jesús reprende a las ciudades que no se arrepintieron :
Entonces Jesús comenzó a reprender a las ciudades en las que había hecho la mayoría de Sus milagros, porque no se habían arrepentido: “¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se hicieron en ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se hubieran arrepentido en cilicio y ceniza. Por eso les digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Capernaum, ¿acaso serás elevada hasta los cielos? ¡Hasta el Hades (región de los muertos) descenderás! Porque si los milagros que se hicieron en ti se hubieran hecho en Sodoma, ésta hubiera permanecido hasta hoy. Sin embargo, les digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma que para ti."

Solo el Hijo sabe quién es el Padre :
En aquel tiempo, Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así fue de Tu agrado. Todas las cosas Me han sido entregadas por Mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar”.

Vengan a Mí y los haré descansar :
"Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar. Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y HALLARAN DESCANSO PARA SUS ALMAS. Porque Mi yugo es fácil y Mi carga ligera."

XII

Los discípulos arrancan espigas de trigo en sábado :
Por aquel tiempo Jesús pasó por entre los sembrados en el día de reposo; Sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer. Cuando los Fariseos lo vieron, dijeron: Mira, Tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero Él les contestó: "¿No han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes? ¿O no han leído en la Ley, que en los días de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo y están sin culpa? Pues les digo que algo mayor que el templo está aquí. Pero si ustedes hubieran sabido lo que esto significa: 'MISERICORDIA (COMPASION) QUIERO Y NO SACRIFICIO,' no hubieran condenado a los inocentes. Porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo."

Jesús sana a un enfermo (Mano seca) en sábado :
Pasando de allí, entró en la sinagoga de ellos. Y allí estaba un hombre que tenía una mano seca (paralizada). Y para poder acusar a Jesús, le preguntaron: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? Y El les respondió: "¿Qué hombre habrá de ustedes que tenga una sola oveja, si ésta se le cae en un hoyo en el día de reposo, no le echa mano y la saca? Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo." Entonces Jesús dijo al hombre: "Extiende tu mano." Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra. Pero cuando los Fariseos salieron, hicieron planes contra Él, para ver cómo Lo podrían destruir.

Jesús, servidor de Dios (Cumplimiento de la promesa) :
Pero Jesús, sabiéndolo, se retiró de allí. Y muchos Lo siguieron, y los sanó a todos. Y les advirtió que no revelaran quién era Él; para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo: ESTE ES MI SIERVO, A QUIEN HE ESCOGIDO; MI AMADO EN QUIEN SE AGRADA MI ALMA; SOBRE EL PONDRE MI ESPIRITU, Y A LAS NACIONES (LOS GENTILES) PROCLAMARA JUSTICIA. NO CONTENDERA, NI GRITARA, NI HABRA QUIEN EN LAS CALLES OIGA SU VOZ. NO QUEBRARA LA CAÑA CASCADA, NI APAGARA LA MECHA QUE HUMEA, HASTA QUE LLEVE A LA VICTORIA LA JUSTICIA. Y EN SU NOMBRE LAS NACIONES (LOS GENTILES) PONDRAN SU ESPERANZA."

Jesús sana a un endemoniado, ciego y mudo :
Entonces trajeron a Jesús un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de manera que el mudo hablaba y veía. Todas las multitudes estaban asombradas, y decían: ¿Acaso no es éste el Hijo de David?

Acusación contra Jesús :
Pero cuando los Fariseos lo oyeron, dijeron: Este no expulsa los demonios sino por Beelzebú, el príncipe de los demonios. Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: "Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no se mantendrá en pie. Si Satanás expulsa a Satanás, está dividido contra sí mismo; ¿cómo puede entonces mantenerse en pie su reino? Y si Yo expulso los demonios por Beelzebú, ¿por quién los expulsan los hijos de ustedes? Por tanto, ellos serán sus jueces. Pero si Yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a ustedes. ¿O cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata? Y entonces saqueará su casa”.

El que no está Conmigo está contra MÍ :
“El que no está a favor Mío, está contra Mí; y el que no recoge a Mi lado, desparrama”.

Blasfemia contra el Espíritu Santo :
“Por eso les digo, que todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu (Santo) no será perdonada. Y a cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este siglo ni en el venidero”.

Por el fruto se conoce al árbol :
"O hagan ustedes bueno el árbol y bueno su fruto, o hagan malo el árbol y malo su fruto; porque por el fruto se conoce el árbol. ¡Camada de víboras! ¿Cómo pueden hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas. Pero Yo les digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado."

Algunos piden una señal milagrosa :
Entonces algunos de los escribas y Fariseos dijeron a Jesús: Maestro, queremos ver una señal (un milagro) de parte Tuya. Pero Él respondió: “Una generación perversa y adúltera demanda señal, y ninguna señal (ningún milagro) se le dará, sino la señal de Jonás el profeta; porque como ESTUVO JONAS EN EL VIENTRE DEL MONSTRUO MARINO TRES DIAS Y TRES NOCHES, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra. Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y miren, algo más grande que Jonás está aquí. La Reina del Sur se levantará con esta generación en el juicio y la condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y miren, algo más grande que Salomón está aquí”.

El espíritu impuro que regresa :
"Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso y no lo halla. Entonces dice: 'Volveré a mi casa de donde salí'; y cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta generación perversa."

La madre y los hermanos de Jesús :
Mientras Jesús aún estaba hablando a la multitud, Su madre y Sus hermanos estaban afuera, deseando hablar con Él. Y alguien Le dijo: Tu madre y Tus hermanos están afuera y Te quieren hablar. Pero Jesús respondió al que Le informó: "¿Quién es Mi madre, y quiénes son Mis hermanos?" Y extendiendo la mano hacia Sus discípulos, dijo: "¡Miren, aquí están Mi madre y Mis hermanos! Porque cualquiera que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos, ése es Mi hermano y Mi hermana y Mi madre."

XIII

Parábola del sembrador :
Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del mar. Y se congregaron junto a Él grandes multitudes, por lo que subió a una barca y se sentó; y toda la multitud estaba de pie en la playa. Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: "El sembrador salió a sembrar; y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. Y otra parte cayó en tierra buena y dio fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta. El que tiene oídos, que oiga."

¿Por qué Jesús enseña con ejemplos (parábolas)? :
Y acercándose los discípulos, dijeron a Jesús: ¿Por qué les hablas en parábolas? Jesús les respondió: “Porque a ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. Y en ellos se cumple la profecía de Isaías que dice: 'AL OIR, USTEDES OIRAN, PERO NO ENTENDERAN; Y VIENDO VERAN, PERO NO PERCIBIRAN; PORQUE EL CORAZON DE ESTE PUEBLO SE HA VUELTO INSENSIBLE, Y CON DIFICULTAD OYEN CON SUS OIDOS; Y HAN CERRADO SUS OJOS; DE OTRO MODO, VERIAN CON LOS OJOS, OIRIAN CON LOS OIDOS, Y ENTENDERIAN CON EL CORAZON, Y SE CONVERTIRIAN, Y YO LOS SANARIA.' Pero dichosos los ojos de ustedes, porque ven, y sus oídos, porque oyen. Porque en verdad les digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron”.

Jesús explica la parábola del sembrador :
"Ustedes, pues, escuchen la parábola del sembrador. A todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquél en quien se sembró la semilla junto al camino. Y aquél en quien se sembró la semilla en pedregales, éste es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo; pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino que sólo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida se aparta de ella. Y aquél en quien se sembró la semilla entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto. Pero aquél en quien se sembró la semilla en tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende; éste sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta por uno."

La mala hierba (cizaña) entre el trigo :
Jesús les contó otra parábola: "El reino de los cielos puede compararse a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando el trigo brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: 'Señor, ¿no sembró usted buena semilla en su campo? ¿Cómo, pues, tiene cizaña?' él les dijo: 'Un enemigo ha hecho esto.' Y los siervos le dijeron: '¿Quiere, usted, que vayamos y la recojamos?' Pero él dijo: 'No, no sea que al recoger la cizaña, arranquen el trigo junto con ella. 'Dejen que ambos crezcan juntos hasta la cosecha; y al tiempo de la cosecha diré a los segadores: "Recojan primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, pero el trigo recójanlo en mi granero."'"

La semilla de mostaza :
Otra parábola les contó Jesús: "El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que LAS AVES DEL CIELO vienen y ANIDAN EN SUS RAMAS."

La  levadura :
Les dijo otra parábola: "El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas (39 litros) de harina hasta que todo quedó fermentado."

El uso de las parábolas (Cumplimiento de la Escritura) :
Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes, y nada les hablaba sin parábola, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta, cuando dijo: ABRIRE MI BOCA EN PARABOLAS; HABLARE DE COSAS OCULTAS DESDE LA FUNDACION DEL MUNDO.

Jesús explica el ejemplo de la cizaña :
Entonces Jesús dejó a la multitud y entró en la casa. Y se acercaron Sus discípulos, diciendo: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. Jesús les respondió: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre, y el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno; el enemigo que la sembró es el diablo, la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin del mundo. El Hijo del Hombre enviará a Sus ángeles, y recogerán de Su reino a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad; y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. Entonces LOS JUSTOS RESPLANDECERAN COMO EL SOL en el reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga”.

El  tesoro escondido :
“El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo”.

La perla de gran valor :
“El reino de los cielos también es semejante a un mercader que busca perlas finas, y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró”.

La red :
“El reino de los cielos también es semejante a una red barredera que se echó en el mar, y recogió peces de toda clase. Cuando se llenó, la sacaron a la playa; y se sentaron y recogieron los peces buenos en canastas, pero echaron fuera los malos. Así será en el fin del mundo; los ángeles saldrán, y sacarán a los malos de entre los justos, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes”.

Cosas nuevas y cosas viejas :
"¿Han entendido ustedes todas estas cosas?" Sí, Le dijeron ellos. Entonces Jesús les dijo: "Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas."

Jesús en Nazaret :
Sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí. Y llegando a Su pueblo, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban y decían: "¿Dónde obtuvo Este tal sabiduría y estos poderes milagrosos? ¿No es Este el Hijo del carpintero? ¿No se llama Su madre María, y Sus hermanos Jacobo (Santiago), José, Simón y Judas? ¿No están todas Sus hermanas con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo Este todas estas cosas?  
Y se escandalizaban a causa de Él. Pero Jesús les dijo: "No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa." Y no hizo muchos milagros allí a causa de la incredulidad de ellos.

XIV

La muerte de Juan el Bautista :
Por aquel tiempo, Herodes (Antipas, hijo de Herodes el Grande) el tetrarca (gobernador de Galilea) oyó la fama de Jesús, y dijo a sus sirvientes: Este es Juan el Bautista. El ha resucitado de entre los muertos, y por eso es que poderes milagrosos actúan en él. Porque antes Herodes (Antipas) había prendido a Juan, y lo había atado y puesto en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla. Y aunque Herodes (Antipas) quería matarlo, tenía miedo al pueblo, porque consideraban a Juan como un profeta. Pero cuando llegó el cumpleaños de Herodes (Antipas), la hija de Herodías (Salomé) danzó ante ellos y agradó a Herodes (Antipas). Por lo cual le prometió con juramento darle lo que ella pidiera. Ella, instigada por su madre, dijo: Dame aquí, en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista. Y aunque el rey se entristeció, a causa de sus juramentos y de sus invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron su cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha (Salomé), y ella se la llevó a su madre (Herodías). Los discípulos de Juan llegaron y recogieron el cuerpo y lo sepultaron; y fueron y se lo comunicaron a Jesús.

Jesús da de comer a una multitud (Más de cinco mil) :
Al oír esto, Jesús se fue de allí en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando las multitudes lo supieron, Lo siguieron a pie desde las ciudades. Cuando Jesús desembarcó, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos. Al atardecer se acercaron los discípulos, diciendo: El lugar está desierto y la hora ya es avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos. Pero Jesús les dijo: "No hay necesidad de que se vayan; denles ustedes de comer." Entonces ellos dijeron: No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces. "Traigan acá los panes y los peces," les dijo. Y ordenando a la muchedumbre que se sentara sobre la hierba, Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo los alimentos . Después partió los panes y se los dio a los discípulos y los discípulos a la multitud. Todos comieron y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas. Y los que comieron fueron unos 5,000 hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Jesús camina sobre el mar :
Enseguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y fueran delante de Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la multitud. Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo. Pero la barca ya estaba muy lejos de tierra, y era azotada por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vigilia de la noche (3 a 6 a.m.), Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, al ver a Jesús andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar. Pero enseguida Jesús les dijo: "Tengan ánimo, soy Yo; no teman." Y Pedro Le respondió: Señor, si eres Tú, mándame que vaya a Ti sobre las aguas. "Ven," le dijo Jesús. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó: ¡Señor, sálvame! Al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?" Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. Entonces los que estaban en la barca Lo adoraron, diciendo: En verdad eres Hijo de Dios.

Jesús sana a los enfermos en Genesaret :
Terminada la travesía, bajaron a tierra en Genesaret. Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús, enviaron a decirlo por toda aquella región de alrededor y Le trajeron todos los que tenían algún mal. Y Le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de Su manto; y todos los que lo tocaban quedaban sanos.

XV

Lo que hace impuro al hombre (lo que contamina):
Entonces se acercaron a Jesús algunos escribas y Fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué Tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan. Jesús les preguntó: "¿Por qué también quebrantan ustedes el mandamiento de Dios a causa de su tradición? Porque Dios dijo: 'HONRA A tu PADRE Y A tu MADRE,' y: 'QUIEN HABLE MAL DE su PADRE O DE su MADRE, QUE MUERA.' Pero ustedes dicen: 'Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado, no necesitará más honrar a su padre o a su madre.' Y así ustedes invalidaron la palabra de Dios por causa de su tradición. ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de ustedes cuando dijo: 'ESTE PUEBLO CON LOS LABIOS ME HONRA, PERO SU CORAZON ESTA MUY LEJOS DE MI. PUES EN VANO ME RINDEN CULTO, ENSEÑANDO COMO DOCTRINAS PRECEPTOS DE HOMBRES.'"

Lo que realmente contamina:
Llamando junto a Él a la multitud, Jesús les dijo: "Oigan y entiendan: no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre." Entonces, acercándose los discípulos, Le dijeron: ¿Sabes que los Fariseos se escandalizaron cuando oyeron Tus palabras? Pero El contestó: "Toda planta que Mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada. Déjenlos; son ciegos guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo."
Entonces Pedro dijo a Jesús: Explícanos la parábola. Jesús les dijo: "¿También están ustedes aún faltos de entendimiento? ¿No entienden que todo lo que entra en la boca va al estómago y luego se elimina? Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre."

La fe de una mujer no judía:
Saliendo Jesús de allí, se retiró a la región de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer Cananea que había salido de aquella región, comenzó a gritar: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada. Pero El no le contestó nada. Y acercándose Sus discípulos, Le rogaban: Atiéndela, pues viene gritando tras nosotros. Y Jesús respondió: “No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.” Pero acercándose ella, se postró ante El, diciendo: ¡Señor, ayúdame! Y El le dijo: "No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos." Ella respondió: Sí, Señor; pero también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces Jesús le dijo: "Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas." Y su hija quedó sana desde aquel momento.

Jesús sana a muchos enfermos:
Pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí. Y vinieron a Él grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a Sus pies y El los sanó; de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados, los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.

Jesús da de comer a mucha gente (Cuatro mil):
Entonces Jesús, llamando junto a Él a Sus discípulos, les dijo: "Tengo compasión de la multitud, porque ya hace tres días que están aquí y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino." Y los discípulos Le dijeron: ¿Dónde podríamos conseguir en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande? "¿Cuántos panes tienen?" les preguntó Jesús. Ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. Y El mandó a la multitud que se sentara en el suelo; tomó los siete panes y los peces, y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes.
Comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas. Los que comieron fueron 4,000 hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Después de despedir a la muchedumbre, subió a la barca y se fue a la región de Magadán.

XVI

La señal de Jonás:
Entonces los Fariseos y los Saduceos se acercaron, y poniendo a prueba a Jesús, Le pidieron que les mostrara una señal (un milagro) del cielo. Pero El les dijo: "Al caer la tarde ustedes dicen: 'Hará buen tiempo, porque el cielo está rojizo.' Y por la mañana: 'Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y amenazador.' ¿Saben ustedes discernir el aspecto del cielo, pero no pueden discernir las señales de los tiempos? Una generación perversa y adúltera busca una señal (un milagro), y no se le dará señal, sino la señal de Jonás." Y dejándolos, se fue.

La levadura de los fariseos:
Los discípulos, al pasar al otro lado, se habían olvidado de tomar panes. Entonces Jesús les dijo: "Estén atentos y cuídense de la levadura de los Fariseos y Saduceos." Y ellos discutían entre sí, diciendo: Lo dice porque no tomamos panes. Pero Jesús, dándose cuenta, dijo: "Hombres de poca fe, ¿por qué discuten entre ustedes que no tienen pan? ¿Todavía no entienden ni recuerdan los cinco panes para los cinco mil, y cuántas cestas recogieron? ¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y cuántas canastas recogieron? ¿Cómo es que no entienden que no les hablé de los panes? Pero cuídense de la levadura de los Fariseos y Saduceos."
Entonces entendieron que El no les había dicho que se cuidaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los Fariseos y Saduceos.

Pedro declara que Jesús es el Mesías:
Cuando Jesús llegó a la región de Cesárea de Filipo, preguntó a Sus discípulos: "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?" Y ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, Jeremías o alguno de los profetas. "Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?" les preguntó Jesús. Simón Pedro respondió: Tú eres el Cristo (el Mesías), el Hijo del Dios viviente.
Entonces Jesús le dijo: "Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino Mi Padre que está en los cielos. Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las Puertas del Hades (los poderes de la muerte) no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos."
Entonces ordenó a los discípulos que a nadie dijeran que El era el Cristo (el Mesías).

Jesús anuncia su muerte:
Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar a Sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Tomando aparte a Jesús, Pedro Lo reprendió: ¡No lo permita Dios, Señor! Eso nunca Te acontecerá. Pero volviéndose El, dijo a Pedro: "¡Quítate de delante de Mí, Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres."
Entonces Jesús dijo a Sus discípulos: "Si alguien quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y que Me siga. Porque el que quiera salvar su vida (su alma), la perderá; pero el que pierda su vida (su alma) por causa de Mí, la hallará. Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma? Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de Su Padre con Sus ángeles, y ENTONCES RECOMPENSARA A CADA UNO SEGUN SU CONDUCTA. En verdad les digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en Su reino."

XVII

La transfiguración de Jesús:
Seis días después, Jesús tomó con El a Pedro, a Jacobo (Santiago) y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto. Delante de ellos se transfiguró; y Su rostro resplandeció como el sol y Sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con El.
Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es que estemos aquí; si quieres, haré aquí tres enramadas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: "Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido; óiganlo a Él." Cuando los discípulos oyeron esto, cayeron sobre sus rostros y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se les acercó, y tocándolos, dijo: "Levántense y no teman." Y cuando alzaron sus ojos no vieron a nadie, sino a Jesús solo.
Mientras descendían del monte, Jesús les ordenó: "No cuenten a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos." Los discípulos entonces Le preguntaron: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero? Respondió Jesús: "Elías ciertamente viene, y restaurará todas las cosas; pero Yo les digo que Elías ya vino y no lo reconocieron, sino que le hicieron todo lo que quisieron. Así también el Hijo del Hombre va a padecer a manos de ellos." Entonces los discípulos entendieron que El les había hablado de Juan el Bautista.

Jesús sana a un muchacho que tenía un demonio:
Cuando llegaron a la multitud, se acercó a Jesús un hombre, que arrodillándose delante de Él, dijo: Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es epiléptico y sufre terriblemente, porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua. Lo traje a Tus discípulos y ellos no pudieron curarlo. Jesús respondió: "¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo acá." Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho quedó curado desde aquel momento. Entonces los discípulos, llegándose a Jesús en privado, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? Y El les dijo: "Por la poca fe de ustedes; porque en verdad les digo que si tienen fe como un grano de mostaza, dirán a este monte: 'Pásate de aquí allá,' y se pasará; y nada les será imposible. Pero esta clase no sale sino con oración y ayuno."

Jesús anuncia por segunda vez su muerte:
Mientras andaban juntos por Galilea, Jesús les dijo: "El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres. Lo matarán, y al tercer día resucitará." Y ellos se entristecieron mucho.

El pago del impuesto para el templo:
Cuando llegaron a Capernaúm, se acercaron a Pedro los que cobraban las dos dracmas (salario de dos días) del impuesto del templo y dijeron: ¿No paga su maestro el impuesto del templo? Sí, contestó Pedro. Y cuando él llegó a casa, Jesús se le anticipó, diciendo: "¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran tributos o impuestos los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?" De los extraños, respondió Pedro. "Entonces los hijos están exentos," le dijo Jesús. "Sin embargo, para que no los escandalicemos, ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que salga; y cuando le abras la boca hallarás un siclo (salario de cuatro días); tómalo y dáselo por ti y por Mí."

XVIII

¿Quién es el más importante?
En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? El, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: “En verdad les digo que si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en Mi nombre, Me recibe a Mí.”

El peligro de caer en pecado:
“Pero al que haga pecar a uno de estos pequeñitos que creen en Mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por sus piedras de tropiezo! Porque es inevitable que vengan piedras de tropiezo; pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! Si tu mano o tu pie te hace pecar, córtalo y tíralo. Es mejor que entres en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies, ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te hace pecar, arráncalo y tíralo. Es mejor que entres en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego.”

La parábola de la oveja perdida:
“Miren que no desprecien a uno de estos pequeñitos, porque les digo que sus ángeles en los cielos contemplan siempre el rostro de Mi Padre que está en los cielos. Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido. ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja las noventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada? Y si sucede que la haya, en verdad les digo que se regocija más por ésta que por las noventa y nueve que no se han descarriado. Así, no es la voluntad del Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeñitos.”

Como se debe perdonar al hermano:
"Si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que TODA PALABRA SEA CONFIRMADA POR BOCA DE DOS O TRES TESTIGOS. Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el Gentil (el pagano) y el recaudador de impuestos. En verdad les digo, que todo lo que ustedes aten en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desaten en la tierra, será desatado en el cielo. Además les digo, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por Mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos."
Entonces acercándose Pedro, preguntó a Jesús: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces? Jesús le contestó: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.”

La parábola del funcionario que no quiso perdonar:
"Por eso, el reino de los cielos puede compararse a cierto rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al comenzar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10,000 talentos (216 toneladas de plata). Pero no teniendo él con qué pagar, su señor ordenó que lo vendieran, junto con su mujer e hijos y todo cuanto poseía, y así pagara la deuda. Entonces el siervo cayó postrado ante él, diciendo: 'Tenga paciencia conmigo y todo se lo pagaré.' Y el señor de aquel siervo tuvo compasión, lo soltó y le perdonó la deuda. Pero al salir aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía 100 denarios (salario de 100 días), y echándole mano, lo ahogaba, diciendo: 'Paga lo que debes.' Entonces su consiervo, cayendo a sus pies, le suplicaba: 'Ten paciencia conmigo y te pagaré.' Sin embargo, él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Así que cuando sus consiervos vieron lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su señor todo lo que había sucedido. Entonces, llamando al siervo, su señor le dijo: 'Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste. '¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?' Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía. Así también Mi Padre celestial hará con ustedes, si no perdonan de corazón cada uno a su hermano."

XIX

Jesús enseña sobre el divorcio:
Cuando Jesús terminó estas palabras, partió de Galilea y se fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán; y grandes multitudes siguieron a Jesús, y los sanó allí. Y se acercaron a Él algunos Fariseos para ponerlo a prueba, diciendo: ¿Le está permitido a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo? Jesús les respondió: "¿No han leído que Aquél que los creó, desde el principio LOS HIZO VARON Y HEMBRA, y dijo: 'POR ESTA RAZON EL HOMBRE DEJARA A su PADRE Y A su MADRE Y SE UNIRA A SU MUJER, Y LOS DOS SERAN UNA SOLA CARNE'? Así que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe." Ellos Le dijeron: Entonces, ¿por qué mandó Moisés DARLE CARTA DE DIVORCIO Y REPUDIARLA? El les contestó: "Por la dureza de su corazón Moisés les permitió a ustedes divorciarse de sus mujeres; pero no ha sido así desde el principio. Pero Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete adulterio."
Los discípulos Le dijeron: Si así es la relación del hombre con su mujer, no conviene casarse. Jesús les dijo: "No todos pueden aceptar este precepto, sino sólo aquéllos a quienes les ha sido dado. Porque hay eunucos que nacieron así desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y también hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte."

Jesús bendice a los niños:
Entonces trajeron algunos niños a Jesús para que pusiera las manos sobre ellos y orara; y los discípulos los reprendieron. Pero Jesús dijo: "Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a Mí, porque de los que son como éstos es el reino de los cielos." Y después de poner El, las manos sobre ellos, se fue de allí.

Un joven rico habla con Jesús:
Y un hombre se acercó a Jesús y Le dijo: Maestro, ¿qué cosa buena haré para obtener la vida eterna? Jesús le respondió: "¿Por qué Me preguntas acerca de lo que es bueno? Sólo Uno es bueno; pero si deseas entrar en la vida, guarda los mandamientos." ¿Cuáles? preguntó el hombre. Y Jesús respondió: "NO MATARAS; NO COMETERAS ADULTERIO; NO HURTARAS; NO DARAS FALSO TESTIMONIO; HONRA A tu PADRE Y A tu MADRE; y AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO." El joven dijo: Todo esto lo he guardado; ¿qué me falta todavía? Jesús le respondió: "Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sé Mi discípulo." Pero al oír el joven estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.
Jesús dijo entonces a Sus discípulos: "En verdad les digo que es difícil que un rico entre en el reino de los cielos. Otra vez les digo que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios."
Al oír esto, los discípulos estaban llenos de asombro, y decían: Entonces, ¿quién podrá salvarse? Jesús, mirándolos, les dijo: “Para los hombres eso es imposible, pero para Dios todo es posible.” Entonces Pedro Le respondió: Mira, nosotros lo hemos dejado todo y Te hemos seguido; ¿qué, pues, recibiremos? Jesús les dijo: “En verdad les digo que ustedes que Me han seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de Su gloria, ustedes se sentarán también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por Mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros.”

XX

La parábola de los trabajadores del viñedo:
"Porque el reino de los cielos es semejante a un hacendado que salió muy de mañana para contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario (moneda romana; salario de un día) al día, los envió a su viña. Salió después como a la hora tercera (9 a.m.), y vio parados en la plaza a otros que estaban sin trabajo; y a éstos les dijo: 'Vayan también ustedes a la viña, y les daré lo que sea justo.' Y ellos fueron. Volvió a salir como a la hora sexta (mediodía) y a la novena (3 p.m.), e hizo lo mismo. Y saliendo como a la hora undécima (5 p.m.), encontró a otros parados, y les dijo: '¿Por qué han estado aquí parados todo el día sin trabajar?' Ellos le dijeron: 'Porque nadie nos ha contratado.' El les dijo: 'Vayan también ustedes a la viña.' Al atardecer, el señor de la viña dijo a su mayordomo: 'Llama a los obreros y págales su jornal, comenzando por los últimos y terminando con los primeros.' Cuando llegaron los que habían sido contratados como a la hora undécima (5 p.m.), cada uno recibió un denario. Cuando llegaron los que fueron contratados primero, pensaban que recibirían más; pero ellos también recibieron un denario cada uno. Y al recibirlo, murmuraban contra el hacendado, diciendo: 'Estos últimos han trabajado sólo una hora, pero usted los ha hecho iguales a nosotros que hemos soportado el peso y el calor abrasador del día.' Pero respondiendo el hacendado, dijo a uno de ellos: 'Amigo, no te hago ninguna injusticia; ¿no conviniste conmigo en un denario? 'Toma lo que es tuyo, y vete; pero yo quiero darle a este último lo mismo que a ti. '¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo que es mío? ¿O es tu ojo malo porque yo soy bueno?' Así, los últimos serán primeros, y los primeros, últimos."

Jesús anuncia por tercera vez su muerte :
Cuando Jesús iba subiendo a Jerusalén, tomó aparte a los doce discípulos, y por el camino les dijo: "Ahora subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y escribas, y Lo condenarán a muerte; y Lo entregarán a los Gentiles para burlarse de Él, Lo azotarán y crucificarán, pero al tercer día resucitará."

Jesús responde a la madre de Santiago y Juan :
Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y postrándose ante El, Le pidió algo. Jesús le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella Le dijo: "Ordena que en Tu reino estos dos hijos míos se sienten uno a Tu derecha y el otro a Tu izquierda." Pero Jesús dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que Yo voy a beber?" Ellos respondieron: Podemos. El les dijo: "Mi copa ciertamente beberán, pero el sentarse a Mi derecha y a Mi izquierda no es Mío el concederlo, sino que es para quienes ha sido preparado por Mi Padre."
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, llamándolos junto a Él, dijo: "Ustedes saben que los gobernantes de los Gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos. No ha de ser así entre ustedes, sino que el que entre ustedes quiera llegar a ser grande, será su servidor, y el que entre ustedes quiera ser el primero, será su siervo; así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar Su vida en rescate por muchos."

Jesús sana a dos ciegos :
Al salir de Jericó, una gran multitud siguió a Jesús. Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que Jesús pasaba, gritaron: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! La gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más aún: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Y deteniéndose Jesús, los llamó y les dijo: "¿Qué quieren que Yo haga por ustedes?" Ellos Le respondieron: Señor, deseamos que nuestros ojos sean abiertos. Entonces Jesús, movido a compasión, tocó los ojos de ellos, y al instante recobraron la vista, y Lo siguieron.

XXI

Jesús entra en Jerusalén :
Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al Monte de los Olivos, Jesús entonces envió a dos discípulos, diciéndoles: "Vayan a la aldea que está enfrente de ustedes, y enseguida encontrarán un asna atada y un pollino con ella; desátenla y tráiganlos a Mí. Y si alguien les dice algo, digan: 'El Señor los necesita;' y enseguida los enviará." Esto sucedió para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta, cuando dijo: "DIGAN A LA HIJA DE SION: 'MIRA, TU REY VIENE A TI, HUMILDE Y MONTADO EN UN ASNA, Y EN UN POLLINO, HIJO DE BESTIA DE CARGA.'"
Entonces fueron los discípulos e hicieron tal como Jesús les había mandado, y trajeron el asna y el pollino. Pusieron sobre ellos sus mantos y Jesús se sentó encima. La mayoría de la multitud tendió sus mantos en el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino. Y las multitudes que iban delante de El y las que iban detrás, gritaban: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡BENDITO AQUEL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¡Hosanna en las alturas!
Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se agitó, y decían: ¿Quién es Este? Y las multitudes contestaban: Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea.

Jesús purifica el templo :
Jesús entró en el templo y echó fuera a todos los que compraban y vendían en el templo. También volcó las mesas de los que cambiaban el dinero y los asientos de los que vendían las palomas. Y les dijo: "Escrito está, 'MI CASA SERA LLAMADA CASA DE ORACION,' pero ustedes la están haciendo CUEVA DE LADRONES."
En el templo se acercaron a El los ciegos y los cojos, y los sanó. Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y decían: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron. Y Le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les respondió: "Sí, ¿nunca han leído: 'DE LA BOCA DE LOS PEQUEÑOS Y DE LOS NIÑOS DE PECHO TE HAS PREPARADO ALABANZA?'" Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y se hospedó allí.

Jesús y la higuera sin fruto :
Por la mañana, cuando regresaba a la ciudad (Jerusalén), Jesús tuvo hambre. Y al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no halló nada en ella sino sólo hojas, y le dijo: "Nunca jamás brote fruto de ti." Y al instante se secó la higuera. Los discípulos se maravillaron al ver esto, y decían: "¿Cómo es que la higuera se secó al instante?" Jesús les respondió: "En verdad les digo que si tienen fe y no dudan, no sólo harán lo de la higuera, sino que aun si dicen a este monte: 'Quítate y échate al mar,' así sucederá. Y todo lo que pidan en oración, creyendo, lo recibirán."

La autoridad de Jesús :
Cuando Jesús llegó al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a Él mientras enseñaba, diciendo: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién Te dio esta autoridad? Y Jesús les respondió: "Yo también les haré una pregunta, que si Me la contestan, Yo también les diré con qué autoridad hago estas cosas. ¿De dónde era el bautismo de Juan, del cielo o de los hombres?" Y ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos: 'Del cielo, El nos dirá: Entonces, ¿por qué no le creyeron? Y si decimos: De los hombres, tememos a la multitud; porque todos tienen a Juan por profeta. Y respondieron a Jesús: No lo sabemos. El a su vez les dijo: “Tampoco Yo les diré con qué autoridad hago estas cosas.”

La parábola de los dos hijos :
"Pero, ¿qué les parece? Un hombre tenía dos hijos, y llegándose al primero, le dijo: 'Hijo, ve, trabaja hoy en la viña.' Y él respondió: 'No quiero;' pero después, arrepentido, fue. Llegándose al otro, le dijo lo mismo; y éste respondió: 'Yo iré, señor;' pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?" El primero, respondieron ellos. Jesús les dijo: “En verdad les digo que los recaudadores de impuestos y las rameras entran en el reino de Dios antes que ustedes. Porque Juan vino a ustedes en camino de justicia y no le creyeron, pero los recaudadores de impuestos y las rameras le creyeron; y ustedes, viendo esto, ni siquiera se arrepintieron después para creerle.”

La parábola de los trabajadores malvados :
"Escuchen otra parábola. Había una vez un hacendado que planto una viña y la cerco con un muro, y cavo en ella un lagar y edifico una torre, la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores, tomando a los siervos, a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon. Volvió a mandar otro grupo de siervos, mayor que el primero; y les hicieron lo mismo. Finalmente les envió a su hijo, diciendo: 'Respetarán a mi hijo.' Pero cuando los labradores vieron al hijo, dijeron entre sí: 'Este es el heredero; vengan, matémoslo y apoderémonos de su heredad.' Y echándole mano, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará a esos labradores?" Ellos respondieron: Llevará a esos miserables a un fin lamentable, y arrendará la viña a otros labradores que le paguen los frutos a su tiempo.
Jesús les dijo: "¿Nunca leyeron en las Escrituras: 'LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES, ESA, EN PIEDRA ANGULAR SE HA CONVERTIDO; ESTO FUE HECHO DE PARTE DEL SEÑOR, Y ES MARAVILLOSO A NUESTROS OJOS'? Por eso les digo que el reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca los frutos del reino. Y el que caiga sobre esta piedra será hecho pedazos; pero sobre quien ella caiga, lo esparcirá como polvo."
Al oír las parábolas de Jesús los principales sacerdotes y los Fariseos, comprendieron que El hablaba de ellos. Y cuando procuraron prender a Jesús, tuvieron miedo de la multitud, porque ellos Lo tenían por profeta.

XXII

La parábola de la fiesta de bodas:
Jesús comenzó a hablarles otra vez en parábolas, diciendo: "El reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete de bodas para su hijo. Y envió a sus siervos a llamar a los que habían sido invitados a las bodas, pero no quisieron venir. De nuevo envió otros siervos, diciéndoles: 'Digan a los que han sido invitados: "Ya he preparado mi banquete; he matado mis novillos y animales cebados, y todo está preparado; vengan a las bodas."' Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a su campo, otro a sus negocios, y los demás, echando mano a los siervos, los maltrataron y los mataron. Entonces el rey se enfureció, y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos asesinos e incendió su ciudad. Luego dijo a sus siervos: 'La boda está preparada, pero los que fueron invitados no eran dignos. Vayan, por tanto, a las salidas de los caminos, e inviten a las bodas a cuantos encuentren.' Aquellos siervos salieron por los caminos, y reunieron a todos los que encontraron, tanto malos como buenos; y el salón de bodas se llenó de invitados. Pero cuando el rey entró a ver a los invitados, vio allí a uno que no estaba vestido con traje de boda, y le dijo: 'Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?' Pero el hombre se quedó callado. El rey entonces dijo a los sirvientes: 'Atenle las manos y los pies, y échenlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes.' Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos."

La pregunta sobre los impuestos:
Entonces los Fariseos se fueron y deliberaron entre sí cómo atrapar a Jesús en alguna palabra que El dijera. Y los Fariseos enviaron algunos de sus discípulos junto con los partidarios de Herodes (Antipas), diciendo: Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con verdad, y no buscas el favor de nadie, porque eres imparcial. Dinos, pues, cuál es Tu opinión: ¿Está permitido pagar impuesto al César, o no? Pero Jesús, conociendo su malicia, dijo: "¿Por qué me ponen a prueba, hipócritas? Traigan la moneda que se usa para pagar ese impuesto." Y Le trajeron un denario (salario de un día). Y El les preguntó: "¿De quién es esta imagen y esta inscripción?" Ellos le dijeron: "Del César." Entonces El les dijo: "Pues den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios." Al oír esto, se maravillaron; Lo dejaron y se fueron.

La pregunta sobre la resurrección :
Ese día se acercaron a Jesús algunos Saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y Le dijeron: Maestro, Moisés dijo: 'si alguien muere sin tener hijos, su hermano, como pariente mas cercano, se casara con su mujer y levantara descendencia a su hermano.' Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos; el primero se casó, y murió; pero no teniendo descendencia, le dejó la mujer a su hermano. De igual manera también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo. Y después de todos, murió la mujer. Por tanto, en la resurrección, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque todos ellos la tuvieron. Pero Jesús les respondió: "Están equivocados por no comprender las Escrituras ni el poder de Dios. Porque en la resurrección, ni se casan ni son dados en matrimonio, sino que son como los ángeles de Dios en el cielo. Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído lo que les fue dicho por Dios, cuando dijo: 'YO SOY EL DIOS DE ABRAHAM, Y EL DIOS DE ISAAC, Y EL DIOS DE JACOB'? El no es Dios de muertos, sino de vivos." Al oír esto, las multitudes se admiraban de Su enseñanza.

El mandamiento más importante :
Los Fariseos se agruparon al oír que Jesús había dejado callados a los Saduceos. Uno de ellos, intérprete de la Ley (experto en la Ley de Moisés), para poner a prueba a Jesús, Le preguntó: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la Ley? Y El le contestó: "AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZON, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE. Este es el grande y primer mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas."

¿ De quién es hijo el Cristo (Mesías)? :
Estando reunidos los Fariseos, Jesús les hizo una pregunta: "¿Cuál es la opinión de ustedes sobre el Cristo (el Mesías)? ¿De quién es hijo?" De David, le contestaron ellos. Jesús les dijo: "Entonces, ¿cómo es que David en el Espíritu Lo llama 'Señor,' diciendo: 'DIJO EL SEÑOR A MI SEÑOR: "SIENTATE A MI DIESTRA, HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS DEBAJO DE TUS PIES"'? Pues si David Lo llama 'Señor,' ¿cómo es Él su hijo?" Y nadie Le pudo contestar ni una palabra, ni ninguno desde ese día se atrevió a hacer más preguntas a Jesús.

XXIII

Jesús acusa a escribas y fariseos :
Entonces Jesús habló a la muchedumbre y a Sus discípulos: “Los escribas y los Fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. De modo que hagan y observen todo lo que les digan; pero no hagan conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Sino que hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; pues agrandan sus distintivos religiosos (filacterias) y alargan los adornos (flecos) de sus mantos Aman el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, y los saludos respetuosos en las plazas y ser llamados por los hombres Rabí (Maestro). Pero ustedes no dejen que los llamen Rabí; porque Uno es su Maestro y todos ustedes son hermanos. Y no llamen a nadie padre suyo en la tierra, porque Uno es su Padre, el que está en los cielos. Ni dejen que los llamen preceptores; porque Uno es su Preceptor, Cristo. Pero el mayor de ustedes será su servidor. Y cualquiera que se engrandece, será humillado, y cualquiera que se humille, será engrandecido.
Pero, ¡ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas que cierran el reino de los cielos delante de los hombres! Porque ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que están entrando.
¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas, que devoran las casas de las viudas, aun cuando por pretexto hacen largas oraciones! Por eso recibirán mayor condenación.
¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas, que recorren el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacen hijo del infierno dos veces más que ustedes!
¡Ay de ustedes, guías ciegos! Porque dicen: 'No es nada si alguien jura por el templo; pero el que jura por el oro del templo, contrae obligación.' ¡Insensatos y ciegos! Porque ¿qué es más importante: el oro, o el templo que santificó el oro? También ustedes dicen: 'No es nada si alguien jura por el altar; pero el que jura por la ofrenda que está sobre él, contrae obligación.' ¡Ciegos! Porque ¿qué es más importante: la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda? Por eso, el que jura por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él; y el que jura por el templo, jura por él y por Aquél que en él habita; y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquél que está sentado en él.
¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas que pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, y han descuidado los preceptos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Estas son las cosas que debían haber hecho, sin descuidar aquéllas. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito y se tragan el camello!
¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas, que limpian el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno! ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que lo de afuera también quede limpio. ¡
Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas que son semejantes a sepulcros blanqueados! Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también ustedes, por fuera parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Porque edifican los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos, y dicen: 'Si nosotros hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en derramar la sangre de los profetas.' Así que dan testimonio en contra de ustedes mismos, que son hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Llenen, pues, la medida de la culpa (pecado) de sus padres (terminen, pues, su pecado)! ¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparán del juicio del infierno? Por tanto, miren, Yo les envío profetas, sabios y escribas. A algunos de ellos, ustedes los matarán y crucificarán, y a otros los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad, para que recaiga sobre ustedes la culpa de toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Berequías, a quien ustedes asesinaron entre el templo y el altar. En verdad les digo que todo esto vendrá sobre esta generación.”

Jesús llora por Jerusalén :
"¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! Por tanto, la casa de ustedes se les deja desierta. Porque les digo que desde ahora en adelante no Me verán más hasta que digan: 'BENDITO AQUEL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.'"

XXIV

Jesús anuncia que el templo será destruido :
 Cuando Jesús salió del templo, y se iba, se acercaron Sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Pero El les dijo: "¿Ven todo esto? En verdad les digo que no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada."

Señales antes del fin :
Estando Jesús sentado en el Monte de los Olivos, se acercaron a Él los discípulos en privado, y Le preguntaron: Dinos, ¿cuándo sucederá esto, y cuál será la señal de Tu venida y de la consumación de este siglo? Jesús les respondió: “Tengan cuidado de que nadie los engañe. Porque muchos vendrán en Mi nombre, diciendo: 'Yo soy el Cristo (el Mesías),' y engañarán a muchos. Ustedes van a oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No se alarmen, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es sólo el comienzo de dolores. Entonces los entregarán a tribulación, y los matarán, y serán odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. Muchos se apartarán de la fe entonces, y se traicionarán unos a otros, y unos a otros se odiarán. Se levantarán muchos falsos profetas, y a muchos engañarán. Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo. Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.”

Una señal para huir :
“Por tanto, cuando ustedes vean la ABOMINACION DE LA DESOLACION, de que se habló por medio del profeta Daniel, colocada en el lugar santo, y el que lea que entienda, entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no baje a sacar las cosas de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa. Pero ¡ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días! Oren para que la huida de ustedes no suceda en invierno, ni en día de reposo. Porque habrá entonces una gran tribulación, tal como no ha acontecido desde el principio del mundo hasta ahora, ni acontecerá jamás. Y si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. Entonces si alguien les dice: 'Miren, aquí está el Cristo (el Mesías),' o 'Allí está,' no lo crean. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos. Vean que se lo he dicho de antemano. Por tanto, si les dicen: 'Miren, El está en el desierto,' no vayan; o 'Miren, El está en las habitaciones interiores,' no les crean. Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre. Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.”

El regreso del Hijo del Hombre :
“Pero inmediatamente después de la tribulación de esos días, EL SOL SE OSCURECERA, LA LUNA NO DARA SU LUZ, LAS ESTRELLAS CAERAN del cielo y las potencias de los cielos serán sacudidas. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE SOBRE LAS NUBES DEL CIELO con poder y gran gloria. Y El enviará a Sus ángeles con UNA GRAN TROMPETA y REUNIRAN a Sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el otro.”

La lección de la higuera:
“De la higuera aprendan la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, saben que el verano está cerca. Así también ustedes, cuando vean todas estas cosas, sepan que El está cerca, a las puertas. En verdad les digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras no pasarán. Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; uno será llevado y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en el molino; una será llevada y la otra será dejada. Por tanto, velen (estén alerta), porque no saben en qué día viene su Señor. Pero entiendan esto: si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, hubiera estado alerta y no hubiera permitido que entrara en su casa. Por eso, también ustedes estén preparados, porque a la hora que no piensan vendrá el Hijo del Hombre.”

La fidelidad en el servicio :
“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente a quien su señor puso sobre los de su casa para que les diera la comida a su tiempo? Dichoso (Bienaventurado) aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así. De cierto les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes. Pero si aquel siervo es malo, y dice en su corazón: 'Mi señor tardará'; y empieza a golpear a sus consiervos, y come y bebe con los que se emborrachan, vendrá el señor de aquel siervo el día que no lo espera, y a una hora que no sabe, y lo azotará severamente y le asignará un lugar con los hipócritas; allí será el llanto y el crujir de dientes.”

XXV

La parábola de las diez vírgenes :
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos juntamente con sus lámparas. Al tardarse el novio, a todas les dio sueño y se durmieron. Pero a medianoche se oyó un clamor: '¡Aquí está el novio! Salgan a recibirlo.' Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: 'Dennos de su aceite, porque nuestras lámparas se apagan.' Pero las prudentes respondieron: 'No, no sea que no haya suficiente para nosotras y para ustedes; vayan más bien a los que venden y compren para ustedes.' Mientras ellas iban a comprar, vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: 'Señor, señor, ábrenos.' Pero él respondió: 'En verdad les digo que no las conozco.' Velen (Estén alerta), pues no saben ni el día ni la hora.”

Parábola del dinero :
“Porque el reino de los cielos es como un hombre que al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encomendó sus bienes. Y a uno le dio cinco talentos (108 kilos de plata), a otro dos y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y se fue de viaje. El que había recibido los cinco talentos, enseguida fue y negoció con ellos y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido los dos talentos (43.2 kilos) ganó otros dos. Pero el que había recibido uno, fue y cavó en la tierra y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido los cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: 'Señor, usted me entregó cinco talentos; mire, he ganado otros cinco talentos.' Su señor le dijo: 'Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.' Llegando también el de los dos talentos, dijo: 'Señor, usted me entregó dos talentos; mire, he ganado otros dos talentos.' Su señor le dijo: 'Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.' Pero llegando también el que había recibido un talento (21.6 kilos), dijo: 'Señor, yo sabía que usted es un hombre duro, que siega donde no sembró y recoge donde no ha esparcido, y tuve miedo, y fui y escondí su talento en la tierra; mire, aquí tiene lo que es suyo.' Pero su señor le dijo: 'Siervo malo y perezoso, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 'Debías entonces haber puesto mi dinero en el banco, y al llegar yo hubiera recibido mi dinero con intereses. 'Por tanto, quítenle el talento y dénselo al que tiene los diez talentos (216 kilos de plata).' Porque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y al siervo inútil, échenlo en las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes.”

El juicio de las naciones (Juicio final) :
"Pero cuando el Hijo del Hombre venga en Su gloria, y todos los ángeles con Él, entonces Él se sentará en el trono de Su gloria; y serán reunidas delante de Él todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a Su derecha y los cabritos a la izquierda. Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: 'Vengan, benditos de Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. 'Porque tuve hambre, y ustedes Me dieron de comer; tuve sed, y Me dieron de beber; fui extranjero, y Me recibieron; estaba desnudo, y Me vistieron; enfermo, y Me visitaron; en la cárcel, y vinieron a Mí.' Entonces los justos Le responderán, diciendo: 'Señor, ¿cuándo Te vimos hambriento y Te dimos de comer, o sediento y Te dimos de beber? '¿Y cuándo Te vimos como extranjero y Te recibimos, o desnudo y Te vestimos? '¿Cuándo Te vimos enfermo o en la cárcel y vinimos a Ti?' El Rey les responderá: 'En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicieron.' Entonces dirá también a los de Su izquierda: 'Apártense de Mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles. 'Porque tuve hambre, y ustedes no Me dieron de comer; tuve sed, y no Me dieron de beber; fui extranjero, y no Me recibieron; estaba desnudo, y no Me vistieron; enfermo, y en la cárcel, y no Me visitaron.' Entonces ellos también responderán: 'Señor, ¿cuándo Te vimos hambriento o sediento, o como extranjero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no Te servimos?' El entonces les responderá: 'En verdad les digo que en cuanto ustedes no lo hicieron a uno de los más pequeños de éstos, tampoco a Mí lo hicieron.' Estos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna."

XXVI

Conspiración para arrestar a Jesús :
Cuando Jesús terminó todas estas palabras, dijo a Sus discípulos: "Ustedes saben que dentro de dos días se celebra la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado." Entonces los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, y con engaño, tramaron entre ellos prender y matar a Jesús. Pero decían: No durante la fiesta, para que no haya un tumulto en el pueblo.

Una mujer derrama perfume sobre Jesús :
Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, se acercó a Él una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso, y lo derramó sobre Su cabeza cuando estaba sentado a la mesa. Pero al ver esto, los discípulos se indignaron, y decían: ¿Para qué este desperdicio? Porque este perfume podía haberse vendido a gran precio, y el dinero habérselo dado a los pobres. Pero Jesús, dándose cuenta, les dijo: "¿Por qué molestan a la mujer? Pues buena es la obra que Me ha hecho. Porque a los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a Mí no siempre Me tendrán. Pues al derramar ella este perfume sobre Mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. En verdad les digo, que dondequiera que este evangelio se predique, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho, en memoria de ella."

Judas ofrece entregar a Jesús :
Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué están dispuestos a darme para que yo les entregue a Jesús? Y ellos le pesaron treinta monedas de plata (30 siclos: 432 gramos). Y desde entonces Judas buscaba una oportunidad para entregar a Jesús.

La Cena del Señor (Una cena inolvidable) :
El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Dónde quieres que hagamos los preparativos para que comas la Pascua? Y Él respondió: "Vayan a la ciudad, a cierto hombre , y díganle: 'El Maestro dice: "Mi tiempo está cerca; quiero celebrar la Pascua en tu casa con Mis discípulos."'" Entonces los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.
Al atardecer, estaba Jesús sentado a la mesa con los doce discípulos. Y mientras comían, dijo: "En verdad les digo que uno de ustedes Me entregará." Ellos, profundamente entristecidos, comenzaron a decir uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor? Él respondió: "El que metió la mano al mismo tiempo que Yo en el plato, ése Me entregará. El Hijo del Hombre se va, según está escrito de Él; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido." Judas, el que Lo iba a entregar, dijo: ¿Acaso soy yo, Rabí (Maestro)? "Tú lo has dicho," le contestó Jesús.
Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: "Tomen, coman; esto es Mi cuerpo." Y tomando una copa, y habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: "Beban todos de ella; porque esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados. Les digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con ustedes en el reino de Mi Padre."

Jesús anuncia que Pedro lo negará :
Y después de cantar un himno, salieron hacia el Monte de los Olivos. Entonces Jesús les dijo: "Esta noche todos ustedes se apartarán por causa de Mí, pues escrito está: 'HERIRE AL PASTOR, Y LAS OVEJAS DEL REBAÑO SE DISPERSARAN.' Pero después de que Yo haya resucitado, iré delante de ustedes a Galilea." Pedro Le respondió: Aunque todos se aparten por causa de Ti, yo nunca me apartaré. Jesús le dijo: "En verdad te digo que esta misma noche, antes que el gallo cante, Me negarás tres veces." Pedro le dijo: Aunque tenga que morir junto a Ti, jamás Te negaré. Todos los discípulos dijeron también lo mismo.

Jesús ora en Getsemaní :
Entonces Jesús llegó con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a Sus discípulos: "Siéntense aquí mientras Yo voy allá y oro." Y tomando con El a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse. Entonces les dijo: "Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quédense aquí y velen junto a Mí." Y adelantándose un poco, cayó sobre Su rostro, orando y diciendo: "Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras ." Entonces vino Jesús a los discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: "¿Conque no pudieron velar una hora junto a Mí? Velen y oren para que no entren en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil."
Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: "Padre Mío, si esta copa no puede pasar sin que Yo la beba, hágase Tu voluntad." Vino otra vez Jesús y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban cargados de sueño. Dejándolos de nuevo, se fue y oró por tercera vez, y dijo otra vez las mismas palabras. Entonces vino a los discípulos y les dijo: "¿Todavía están durmiendo y descansando? Vean, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. "¡Levántense! ¡Vamos! Miren, está cerca el que Me entrega."

Arrestan a Jesús :
Mientras Jesús estaba todavía hablando, Judas, uno de los doce (discípulos), llegó acompañado de una gran multitud con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. El que Lo entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo bese, El es; Lo pueden prender. Enseguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Rabí! Y Lo besó. "Amigo, haz lo que viniste a hacer," le dijo Jesús. Entonces ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y Lo arrestaron.
Y uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le cortó la oreja. Entonces Jesús le dijo: "Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán. ¿O piensas que no puedo rogar a Mi Padre, y El pondría a Mi disposición ahora mismo más de doce legiones de ángeles? Pero, ¿cómo se cumplirían entonces las Escrituras que dicen que así debe suceder?"
En aquel momento Jesús dijo a la muchedumbre: "¿Como contra un ladrón han salido con espadas y palos para asegurarse que Me arrestaban? Cada día Me sentaba en el templo para enseñar, y no Me prendieron. Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas." Entonces todos los discípulos Lo abandonaron y huyeron.

El juicio contra Jesús :
Los que prendieron a Jesús Lo llevaron ante el sumo sacerdote Caifás, donde estaban reunidos los escribas y los ancianos. Pedro fue siguiendo de lejos a Jesús hasta el patio del sumo sacerdote, y entrando, se sentó con los guardias para ver el fin de todo aquello. Y los principales sacerdotes y todo el Concilio (Sanedrín) procuraban obtener falso testimonio contra El, con el fin de dar muerte a Jesús, y no lo hallaron a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Pero más tarde se presentaron dos, que dijeron: Este declaró: 'Yo puedo destruir el templo de Dios y en tres días reedificarlo. Entonces el sumo sacerdote, levantándose, Le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra Ti? Pero Jesús se quedó callado. Y el sumo sacerdote Le dijo: Te ordeno por el Dios viviente que nos digas si Tú eres el Cristo (el Mesías), el Hijo de Dios. Jesús le contestó: "Tú mismo lo has dicho; sin embargo, a ustedes les digo que desde ahora verán AL HIJO DEL HOMBRE SENTADO A LA DIESTRA DEL PODER, y VINIENDO SOBRE LAS NUBES DEL CIELO." Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? Ahora mismo ustedes han oído la blasfemia. ¿Qué les parece? ¡Él es digno de muerte! le contestaron. Entonces Le escupieron en el rostro y Le dieron puñetazos; y otros Lo abofeteaban, y Le decían: Adivina, Cristo (Mesías), ¿quién es el que Te ha golpeado?

Pedro niega conocer a Jesús :
Pedro estaba sentado afuera en el patio, y una sirvienta se le acercó y dijo: Tú también estabas con Jesús el Galileo. Pero él lo negó delante de todos ellos, diciendo: No sé de qué hablas. Cuando salió al portal, lo vio otra sirvienta y dijo a los que estaban allí: Este estaba con Jesús el Nazareno. Y otra vez él lo negó con juramento: ¡Yo no conozco a ese hombre! Un poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: Seguro que tú también eres uno de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco al hombre! Y al instante un gallo cantó. Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho: "Antes que el gallo cante, Me negarás tres veces." Y saliendo afuera, lloró amargamente.

XXVII

Jesús es entregado ante Pilato :
Cuando llegó la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo para dar muerte a Jesús. Y después de atar a Jesús, Lo llevaron y Lo entregaron a Pilato, el gobernador.

La muerte de Judas :
Entonces Judas, el que Lo había entregado, viendo que Jesús había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata (30 siclos: 432 gramos de plata) a los principales sacerdotes y a los ancianos, He pecado entregando sangre inocente, dijo Judas. A nosotros, ¿qué? ¡Allá tú! dijeron ellos. Y arrojando las monedas de plata en el santuario, Judas se marchó; y fue y se ahorcó. Los principales sacerdotes tomaron las monedas de plata, y dijeron: No es lícito ponerlas en el tesoro del templo, puesto que es precio de sangre. Y después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para sepultura de los extranjeros. Por eso ese campo se ha llamado Campo de Sangre hasta hoy.
Entonces se cumplió lo anunciado por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: Y TOMARON LAS TREINTA MONEDAS DE PLATA, EL PRECIO DE AQUEL CUYO PRECIO HABIA SIDO FIJADO por los Israelitas; Y LAS DIERON POR EL CAMPO DEL ALFARERO, COMO EL SEÑOR ME HABIA ORDENADO.

Jesús ante Pilato :
Jesús fue llevado delante del gobernador (Pilato), y éste Lo interrogó: ¿Eres Tú el Rey de los Judíos? "Tú lo dices," le contestó Jesús.
Al ser acusado por los principales sacerdotes y los ancianos, nada respondió. Entonces Pilato Le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra Ti? Jesús no le respondió ni a una sola pregunta, por lo que el gobernador estaba muy asombrado.

Jesús es sentenciado a muerte :
Ahora bien, en cada fiesta, el gobernador acostumbraba soltar un preso al pueblo, el que ellos quisieran. Tenían entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Por lo cual, cuando ellos se reunieron, Pilato les dijo: ¿A quién quieren que les suelte: a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo? Porque él sabía que Lo habían entregado por envidia. Y estando Pilato sentado en el tribunal, su mujer le mandó aviso, diciendo: No tengas nada que ver con ese Justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por causa de El. Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús. El gobernador les preguntó de nuevo: ¿A cuál de los dos quieren que les suelte? Ellos respondieron: A Barrabás. Pilato les dijo: ¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo (Mesías)? Sea crucificado! dijeron todos. Pilato preguntó: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más: ¡Sea crucificado! Viendo Pilato que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: Soy inocente de la sangre de este Justo. ¡Allá ustedes! Todo el pueblo contestó: ¡Caiga Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos! Entonces les soltó a Barrabás, y después de hacer azotar a Jesús, Lo entregó para que fuera crucificado.
Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al Pretorio (Palacio), y reunieron alrededor de Él a toda la tropa Romana. Después de quitarle la ropa, Le pusieron encima un manto escarlata. Y tejiendo una corona de espinas, la pusieron sobre Su cabeza, y una caña en Su mano derecha; y arrodillándose delante de Él, Le hacían burla, diciendo: ¡Salve, Rey de los Judíos! Le escupían, y tomaban la caña y Lo golpeaban en la cabeza. Después de haberse burlado de Él, Le quitaron el manto, Le pusieron Sus ropas y Lo llevaron para ser crucificado.

Jesús es crucificado :
Y cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene llamado Simón, al cual obligaron a que llevara Su cruz. Cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa Lugar de la Calavera, Le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero después de probarlo, no lo quiso beber. Y habiendo crucificado a Jesús, se repartieron Sus vestidos echando suertes; y sentados, Lo custodiaban allí. Pusieron sobre Su cabeza la acusación contra El, que decía: ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS JUDIOS. Entonces fueron crucificados con Él dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda. Los que pasaban Lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: Tú que destruyes el templo y en tres días lo reedificas, sálvate a Ti mismo. Si Tú eres el Hijo de Dios, desciende de la cruz. De igual manera, también los principales sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos, burlándose de El, decían: A otros salvó; a Él mismo no puede salvarse. Rey de Israel es; que baje ahora de la cruz, y creeremos en Él. EN DIOS CONFIA; QUE Lo LIBRE ahora SI EL LO QUIERE; porque ha dicho: 'Yo soy el Hijo de Dios. En la misma forma Lo injuriaban también los ladrones que habían sido crucificados con El.

Muerte de Jesús :
Desde la hora sexta (mediodía) hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena (3 p.m.). Y alrededor de la hora novena (3 p.m.), Jesús exclamó a gran voz, diciendo: "ELI, ELI, ¿LEMA SABACTANI?" Esto es: "DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?" Algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: Este llama a Elías. Al instante, uno de ellos corrió, y tomando una esponja, la empapó en vinagre, y poniéndola en una caña, Le dio a beber. Pero los otros dijeron: Deja, veamos si Elías Lo viene a salvar. Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, exhaló el espíritu. En ese momento el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló y las rocas se partieron; y los sepulcros se abrieron, y los cuerpos de muchos santos que habían dormido resucitaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Jesús, entraron en la santa ciudad y se aparecieron a muchos.
El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: En verdad éste era Hijo de Dios.
Y muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle, estaban allí, mirando de lejos. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

Jesús es sepultado :
Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús. Este se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que se lo entregaran. Tomando José el cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio de lino, y lo puso en su propio sepulcro nuevo que él había excavado en la roca. Después de rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fue. María Magdalena estaba allí, y la otra María, sentadas frente al sepulcro.

La guardia ante el sepulcro de Jesús :
Al día siguiente, que es el día después de la preparación, se reunieron ante Pilato los principales sacerdotes y los Fariseos, y le dijeron: Señor, nos acordamos que cuando aquel engañador aún vivía, dijo: 'Después de tres días resucitaré.' Por eso, ordene usted que el sepulcro quede asegurado hasta el tercer día, no sea que vengan Sus discípulos, se Lo roben, y digan al pueblo: 'El ha resucitado de entre los muertos'; y el último engaño será peor que el primero. Pilato les dijo: Una guardia tienen; vayan, asegúrenlo como ustedes saben. Y fueron y aseguraron el sepulcro; y además de poner la guardia, sellaron la piedra.

XXVIII

La resurrección ¡Él está vivo! :
Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro. Y se produjo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendiendo del cielo, y acercándose, removió la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura blanca como la nieve; y de miedo a él los guardias temblaron y se quedaron como muertos.
Hablando el ángel, dijo a las mujeres: Ustedes, no teman; porque yo sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, porque ha resucitado, tal como El dijo. Vengan, vean el lugar donde estaba puesto. Vayan pronto, y digan a Sus discípulos que El ha resucitado de entre los muertos; y El va delante de ustedes a Galilea; allí Lo verán. Miren, se los he dicho. Y ellas, alejándose a toda prisa del sepulcro con temor y gran gozo, corrieron a dar las noticias a los discípulos. De repente Jesús les salió al encuentro, diciendo: "¡Saludos!" Y ellas, acercándose, abrazaron Sus pies y Lo adoraron. Entonces Jesús les dijo: "No teman. Vayan, avisen a Mis hermanos que vayan a Galilea, y allí Me verán."

La mentira que contaron los soldados :
Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad e informaron a los principales sacerdotes de todo lo que había sucedido. Después de reunirse con los ancianos y deliberar con ellos, dieron una gran cantidad de dinero a los soldados, diciendo: Digan esto: 'Sus discípulos vinieron de noche y robaron el cuerpo mientras nosotros dormíamos.' Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros lo convenceremos y les evitaremos dificultades. Ellos tomaron el dinero e hicieron como se les había instruido. Y este dicho se divulgó extensamente entre los Judíos hasta hoy.

La gran comisión (El encargo de Jesús a sus discípulos) :
Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había señalado. Cuando Lo vieron, Lo adoraron; pero algunos dudaron.
Acercándose Jesús, les dijo: "TODA AUTORIDAD ME HA SIDO DADA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA. VAYAN, PUES, Y HAGAN DISCÍPULOS DE TODAS LAS NACIONES, BAUTIZÁNDOLOS EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO, ENSEÑÁNDOLES A GUARDAR TODO LO QUE LES HE MANDADO; Y ¡RECUERDEN (HE AQUÍ)! YO ESTOY CON USTEDES TODOS LOS DÍAS, HASTA EL FIN DEL MUNDO."
Es Palabra de Dios
Amén