Capítulos III y IV


III

Jesús y Nicodemo :
Había un hombre de los Fariseos, llamado Nicodemo, prominente (principal) entre los Judíos. Este vino a Jesús de noche y Le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales (los milagros) que Tú haces si Dios no está con él. Jesús le contestó: "En verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios." Nicodemo Le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Jesús respondió: "En verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te asombres de que te haya dicho: Tienen que nacer de nuevo. El viento sopla por donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquél que es nacido del Espíritu." Nicodemo Le preguntó: ¿Cómo puede ser esto? Jesús le respondió: “Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? En verdad te digo que hablamos lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no reciben nuestro testimonio. Si les he hablado de las cosas terrenales, y no creen, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales? Nadie ha subido al cielo, sino Aquél que bajó del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquél que cree, tenga en El vida eterna.”

De tal manera amó Dios al mundo :
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito (único), para que todo aquél que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna (Dios te ama). Porque Dios no envió a Su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. El que cree en Él no es condenado (juzgado); pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito (único) Hijo de Dios. Y éste es el juicio: que la Luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la Luz, pues sus acciones eran malas (Reconoce que tienes necesidad de ayuda). Porque todo el que hace lo malo odia la Luz, y no viene a la Luz para que sus acciones no sean expuestas. Pero el que practica la verdad viene a la Luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios.”

Juan el Bautista vuelve a hablar de Jesús :
Después de esto Jesús vino con Sus discípulos a la tierra de Judea, y estaba allí con ellos, y bautizaba. Juan también bautizaba en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua; y muchos venían y eran bautizados. Porque Juan todavía no había sido puesto en la cárcel.
Surgió entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un Judío acerca de la purificación. Vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira, Aquél que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien diste testimonio, está bautizando y todos van a Él. Juan les respondió: Ningún hombre puede recibir nada si no le es dado del cielo. Ustedes mismos me son testigos de que dije: Yo no soy el Cristo (el Mesías), sino que he sido enviado delante de Él. El que tiene la novia es el novio, pero el amigo del novio, que está allíy le oye, se alegra en gran manera con la voz del novio. Y por eso, este gozo mío se ha completado. Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya.

El que viene de arriba :
El que procede de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, procede de la tierra y de la tierra habla. El que procede del cielo está sobre todos. Lo que Él ha visto y oído, de eso da testimonio; y nadie recibe Su testimonio. El que ha recibido Su testimonio ha certificado esto: que Dios es veraz. Porque Aquél a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, pues Él da el Espíritu sin medida.
El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en Su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él (Jesús es el único Salvador).

IV

Jesús y la mujer de Samaria:
Por tanto, cuando el Señor supo que los Fariseos habían oído que Él hacía y bautizaba más discípulos que Juan (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino Sus discípulos), salió de Judea y se fue otra vez para Galilea. Y El tenía que pasar por Samaria.
Llegó, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José; y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús le dijo: "Dame de beber." Pues Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. Entonces la mujer Samaritana Le dijo: ¿Cómo es que Tú, siendo Judío, me pides de beber a mí, que soy Samaritana? (Porque los Judíos no tienen tratos con los Samaritanos.) Jesús le respondió: "Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú Le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva." Ella Le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Acaso eres Tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados? Jesús le respondió: "Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que Yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna."
Señor, Le dijo la mujer, dame esa agua, para que no tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla. Jesús le dijo: "Ve, llama a tu marido y ven acá." No tengo marido, respondió la mujer. Jesús le dijo: "Bien has dicho: No tengo marido, porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad." La mujer Le dijo: Señor, me parece que Tú eres profeta.
Nuestros padres adoraron en este monte, y ustedes dicen que en Jerusalén está el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: "Mujer, cree lo que te digo: la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los Judíos. Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que Lo adoren. Dios es espíritu, y los que Lo adoran deben adorar en espíritu y en verdad." La mujer Le dijo: Sé que el Mesías viene (el que es llamado Cristo); cuando El venga nos declarará todo. Jesús le dijo: "Yo soy, el que habla contigo." En esto llegaron Sus discípulos y se admiraron de que hablara con una mujer, pero ninguno Le preguntó: ¿Qué tratas de averiguar? o: ¿Por qué hablas con ella?
 Entonces la mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo a los hombres: Vengan, vean a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será éste el Cristo (el Mesías)? Y salieron de la ciudad y fueron adonde El estaba.
Mientras tanto, los discípulos Le rogaban: Rabí (Maestro), come. Pero El les dijo: "Yo tengo para comer una comida que ustedes no saben." Entonces los discípulos se decían entre sí: ¿Le habrá traído alguien de comer?" Jesús les dijo: "Mi comida es hacer la voluntad del que Me envió y llevar a cabo Su obra. ¿No dicen ustedes: Todavía faltan cuatro meses, y después viene la siega? Pero Yo les digo: alcen sus ojos y vean los campos que ya están blancos para la siega. Ya el segador recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra se regocije junto con el que siega. Porque en este caso el dicho es verdadero: Uno es el que siembra y otro el que siega. Yo los envié a ustedes a segar lo que no han trabajado; otros han trabajado y ustedes han entrado en su labor."
Y de aquella ciudad, muchos de los Samaritanos creyeron en Él por la palabra de la mujer que daba testimoniodiciendo: Él me dijo todo lo que yo he hecho. De modo que cuando los Samaritanos vinieron, rogaban a Jesús que se quedara con ellos; y Él se quedó allí dos días. Muchos más creyeron por Su palabra, y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho, porque nosotros mismosLe hemos oído, y sabemos que Este es en verdad el Salvador del mundo.

Jesús sana al hijo de un oficial del rey :
Después de los dos días, Jesús salió de allí para Galilea. Porque Jesús mismo dio testimonio de que a un profeta no se le honra en su propia tierra. Así que cuando llegó a Galilea, los Galileos Lo recibieron,pues habían visto todo lo que El hizo en Jerusalén durante la fiesta; porque ellos también habían ido a la fiesta.
Entonces vino otra vez Jesús a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había allí cierto oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm. Cuando él oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a Su encuentro y Le suplicaba que bajara y sanara a su hijo, porque estaba al borde de la muerte. Jesús entonces le dijo: "Si ustedes no ven señales (milagros) y prodigios, no creerán." El oficial del rey Le dijo: Señor, baja antes de que mi hijo muera. "Puedes irte, tu hijo vive," le dijo Jesús. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. Y mientras bajaba a su casa, sus siervos le salieron al encuentro y le dijeron que su hijo vivía. Entonces les preguntó a qué hora había empezado a mejorar. Y le respondieron: Ayer a la una de la tarde (la hora séptima) se le quitó la fiebre. El padre entonces se dio cuenta que fue a la hora en que Jesús le dijo: "Tu hijo vive." Y creyó él con toda su casa. Esta fue la segunda señal (el segundo milagro) que Jesús hizo cuando fue de Judea a Galilea.