Capítulos IX y X


IX

Jesús da la vista a un hombre que nació ciego :
Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y Sus discípulos Le preguntaron: Rabí (Maestro), ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego? Jesús respondió: "Ni éste pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él. Nosotros debemos hacer las obras del que Me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, Yo soy la Luz del mundo." Habiendo dicho esto, escupió en tierra, e hizo barro con la saliva y le untó el barro en los ojos al ciego, y le dijo: "Ve y lávate en el estanque de Siloé" (que quiere decir Enviado). El ciego fue, pues, y se lavó y regresó viendo. Entonces los vecinos y los que antes lo habían visto que era mendigo, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? él es, decían unos. No, pero se parece a él," decían otros. Él decía: yo soy. Entonces le decían: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? El respondió: El hombre que se llama Jesús hizo barro, lo untó sobre mis ojos y me dijo: Ve al estanque de Siloé y lávate. Así que fui, me lavé y recibí la vista. ¿Dónde está El? le preguntaron. Y él les dijo: No lo sé.

Los fariseos interrogan al ciego que fue sanado :
Llevaron ante los Fariseos al que antes había sido ciego. Y era día de reposo el día en que Jesús hizo el barro y le abrió los ojos. Por eso los Fariseos volvieron también a preguntarle cómo había recibido la vista. Y él les dijo: Me puso barro sobre los ojos, y me lavé y veo." Por eso algunos de los Fariseos decían: Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el día de reposo. Pero otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales señales (milagros)? Y había división entre ellos. Entonces preguntaron otra vez al ciego: ¿Qué dices tú de Él, ya que te abrió los ojos? Es un profeta, les respondió. Pero los Judíos no le creyeron que había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, y les preguntaron: ¿Es éste su hijo, el que ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve? Entonces sus padres les contestaron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego; pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; o quién le abrió los ojos, nosotros no lo sabemos. Pregúntenle a él; ya es mayor de edad, él hablará por sí mismo. Sus padres dijeron esto porque tenían miedo a los Judíos; porque los Judíos ya se habían puesto de acuerdo en que si alguien confesaba que Jesús era el Cristo (el Mesías), fuera expulsado de la sinagoga. Por eso sus padres dijeron: Ya es mayor de edad; pregúntenle a él.
Por segunda vez los Judíos llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es un pecador. Entonces él les contestó: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé: que yo era ciego y ahora veo. Ellos volvieron a preguntarle: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? Él les contestó: Ya les dije y no escucharon; ¿por qué quieren oírlo otra vez? ¿Es que también ustedes quieren hacerse discípulos suyos? Entonces lo insultaron, y le dijeron: Tú eres discípulo de ese hombre;pero nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que Dios habló a Moisés, pero en cuanto a Este, no sabemos de dónde es. El hombre les respondió: Pues en esto hay algo asombroso, que ustedes no sepan de dónde es, y sin embargo, a mí me abrió los ojos. Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace Su voluntad, a éste oye. Desde el principio jamás se ha oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si Este no viniera de Dios, no podría hacer nada. Ellos le respondieron: Tú naciste enteramente en pecados, ¿y tú nos enseñas a nosotros? Y lo echaron fuera.

Ceguera espiritual :
Jesús oyó decir que lo habían echado fuera, y cuando lo encontró, le dijo: “¿Crees tú en el Hijo del Hombre?" él le respondió: ¿Y quién es, Señor, para que yo crea en Él? Jesús le dijo: “Pues tú Lo has visto, y el que está hablando contigo, Ese es”. Él entonces dijo: Creo, Señor. Y Lo adoró.
Y Jesús dijo: "Yo vine a este mundo para juicio; para que los que no ven, vean, y para que los que ven se vuelvan ciegos." Algunos de los Fariseos que estaban con Él oyeron esto y Le dijeron: ¿Acaso nosotros también somos ciegos? Jesús les dijo: "Si ustedes fueran ciegos, no tendrían pecado; pero ahora, porquedicen: Vemos, su pecado permanece.

X

El pastor y sus ovejas :
"En verdad les digo, que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños." Jesús les habló por medio de esta comparación (ilustración), pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

Jesús, el buen pastor :
Entonces Jesús les dijo de nuevo: “En verdad les digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de Mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; si alguno entra por Mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El ladrón sólo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor da Su vida por las ovejas. Pero el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, entonces el lobo las arrebata y las dispersa. El asalariado huye porque sólo trabaja por el pago y no le importan las ovejas.”
Yo soy el buen pastor, y conozco Mis ovejas y ellas Me conocen, al igual que el Padre Me conoce y Yo conozco al Padre, y doy Mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también Yo debo traerlas, y oirán Mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor. Por eso el Padre Me ama, porque Yo doy Mi vida para tomarla de nuevo. Nadie Me la quita, sino que Yo la doy de Mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de Mi Padre”.
Volvió a surgir una división entre los Judíos por estas palabras. Y muchos de ellos decían: iene un demonio y está loco. ¿Por qué Le hacen caso? Otros decían: Estas no son palabras de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?

Los judíos rechazan a Jesús :
En esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús andaba por el templo, en el pórtico de Salomón. Entonces los Judíos Lo rodearon, y Le decían: ¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si Tú eres el Cristo (el Mesías), dínoslo claramente. Jesús les respondió: “Se lo he dicho a ustedes y no creen; las obras que Yo hago en el nombre de Mi Padre, éstas dan testimonio de Mí. Pero ustedes no creen porque no son de Mis ovejas. Mis ovejas oyen Mi voz; Yo las conozco y Me siguen. Yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de Mi mano (Tu Salvador personal). Mi Padre que Melas dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.”
Los Judíos volvieron a tomar piedras para tirárselas. Entonces Jesús les dijo: "Les he mostrado muchas obras buenas que son del Padre. ¿Por cuál de ellas Me apedrean?" Los Judíos Le contestaron: No Te apedreamos por ninguna obra buena, sino por blasfemia; y porque Tú, siendo hombre, te haces Dios. Jesús les respondió: "¿No está escrito en su Ley: 'YO DIJE: SON DIOSES'? Si a aquéllos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses, (y la Escritura no se puede violar), ¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, ustedes dicen: 'Blasfemas,' porque dije: 'Yo soy el Hijo de Dios'? Si no hago las obras de Mi Padre, no Me crean; pero si las hago, aunque a Mí no Me crean, crean a las obras; para que sepan y entiendan que el Padre está en Mí y Yo en el Padre." Por eso procuraban otra vez prender a Jesús, pero El se les escapó de entre las manos.
Se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedó allí. Muchos vinieron a El y decían: Aunque Juan no hizo ninguna señal, sin embargo, todo lo que Juan dijo de Este era verdad.  Y muchos creyeron allí en Jesús.