20101226

EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN


Introducción

ÉL DIJO y las galaxias rotaron en su lugar, las estrellas resplandecieron en los cielos y los planetas comenzaron a girar en las órbitas alrededor de sus soles: palabras imponentes, sin límites, poder sin ataduras. Habló otra vez y las aguas y continentes se llenaron de plantas y criaturas que corrían, nadaban, crecían y se multiplicaban: palabras que dan vida, inspiración, que hacen vibrar la vida. Volvió a hablar y se formaron el hombre y la mujer, pensaban, hablaban y amaban: palabras de gloria personal y creativas. Eterno, infinito e ilimitado: Él fue, es y siempre será el Hacedor y Señor de todo lo que existe.
Y luego vino en la carne a un punto del universo llamado planeta tierra. El Creador poderoso vino a formar parte de la creación, limitado por tiempo y espacio, susceptible a la edad, a las enfermedades y a la muerte. Pero el amor lo impulsó y por eso vino a salvar y a rescatar a los que estaban perdidos y darles el don de la eternidad. Él es el Verbo; Él es Jesús, el Cristo.
Esta es la verdad que el apóstol Juan nos revela en su libro. El Evangelio de Juan no es la narración de la vida de Jesús, es un argumento poderoso en cuanto a la encarnación, una demostración concluyente de que Jesús fue y es el Hijo de Dios enviado del cielo y la única fuente de vida eterna.
Juan expone la identidad de Cristo desde sus primeras palabras: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios» y en el resto del libro continúa el tema. Juan, el testigo, escogió ocho de los milagros de Cristo (o señales, como Él las llamó), que revelan la naturaleza divina/humana de Cristo y su misión en la que da su vida.
Estas señales son:
  1. cambiar el agua en vino,
  2. sanar al hijo de un oficial del rey ,
  3. sanar al paralítico de Betesda,
  4. alimentar a más de cinco mil con unos cuantos panes y peces,
  5. caminar sobre el mar,
  6. sanar la vista a un ciego,
  7. resucitar a Lázaro y, más tarde, la resucitar Él,
  8. dar a los discípulos una abrumadora pesca de peces.

En cada capítulo la divinidad de Cristo se revela. Y Juan subraya la verdadera identidad de Jesús mediante los títulos que utiliza: Verbo, Hijo unigénito, Cordero de Dios, Hijo de Dios, Pan de vida, resurrección y vida, vid. Y la fórmula es: «Yo soy». Cuando Jesús usa esta frase, afirma su preexistencia y su deidad eterna.
Jesús dice:
«Yo soy el pan de vida»,
«Yo soy la luz del mundo»;
«Yo soy la puerta»;
«Yo soy el buen pastor»;
«Yo soy la resurrección y la vida»;
«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida»
«Yo soy la vid verdadera».

Sin dudas, la señal más sobresaliente es la resurrección y Juan nos brinda un conmovedor testimonio del hallazgo de la tumba vacía. Luego narra varias apariciones posteriores a este hecho.
Juan, el fiel seguidor de Cristo, nos ha dado una visión personal y poderosa de Jesús, el Hijo eterno de Dios. A medida que usted lea su historia propóngase creer y seguirle.


EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN
I

En el principio ya existía el Verbo (la Palabra), y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El estaba (existía) en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En El estaba (existía) la vida, y la vida era la Luz de los hombres. La Luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron (no la dominaron).
Vino al mundo un hombre enviado por Dios, cuyo nombre era Juan. Este vino como testigo para testificar de la Luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. No era él la Luz, sino que vino para dar testimonio de la Luz. Existía la Luz verdadera que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre.
Él estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de Él, y el mundo no Lo conoció. A lo Suyo vino, y los Suyos no Lo recibieron. Pero a todos los que Lo recibieron, les dio el derecho (el poder) de llegar a ser hijos de Dios,(Tu Salvador personal) es decir, a los que creen en Su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.
El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito (único) del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan dio testimonio de Él y clamó: Este era del que yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí (tiene un rango más elevado que yo), porque era primero que yo. Pues de Su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo (Jesús el Mesías).
Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él Lo ha dado a conocer.

Juan el bautista habla de Jesús:
Este es el testimonio de Juan, cuando los Judíos enviaron sacerdotes y Levitas de Jerusalén (Ciudad de Paz) a preguntarle: ¿Quién eres tú? Y él confesó y no negó, pero confesó: Yo no soy el Cristo (el Mesías). ¿Entonces, qué? le preguntaron ¿Eres Elías? Y él dijo: No lo soy. ¿Eres el Profeta? No, respondió Juan. Entonces le preguntaron: ¿Quién eres? Ya que tenemos que dar respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? Juan les respondió: Yo soy LA VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: ENDERECEN EL CAMINO DEL SEÑOR, como dijo el profeta Isaías.
Los que habían sido enviados eran de los Fariseos, y le preguntaron: Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Cristo (el Mesías), ni Elías, ni el Profeta? Juan les respondió: Yo bautizo en agua, pero entre ustedes está Uno a quien ustedes no conocen. Él es el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatar la correa de la sandalia. Estas cosas sucedieron en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.

Jesús, el Cordero de Dios:
Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: Ahí está el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jesús es el único Salvador). Este es Aquél de quien yo dije: Después de mí viene un Hombre que es antes de mí (tiene un rango más elevado que yo) porque era primero que yo. Yo no Lo conocía, pero para que El fuera manifestado a Israel, por esto yo vine bautizando en agua.
Juan también dio testimonio, diciendo: He visto al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y se posó sobre El. Yo no Lo conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: Aquél sobre quien veas al Espíritu descender y posarse sobre Él, Este es el que bautiza en el Espíritu Santo. Y yo Lo he visto y hedado testimonio de que Este es el Hijo de Dios.

Los primeros discípulos de Jesús:
Al día siguiente Juan estaba otra vez allí con dos de sus discípulos, y vio a Jesús que pasaba, y dijo: Ahí está el Cordero de Dios. Y los dos discípulos le oyeron hablar, y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y viendo que Lo seguían, les dijo: "¿Qué buscan?" Y ellos Le dijeron: Rabí (que traducido quiere decir Maestro), ¿dónde Te hospedas? "Vengan y verán," les dijo Jesús. Entonces fueron y vieron dónde se hospedaba; y se quedaron con Él aquel día, porque eran como las cuatro de la tarde (la hora décima).
Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro. El encontró primero a su hermano Simón, y le dijo: "Hemos hallado al Mesías" (que traducido quiere decir, Cristo).Entonces lo trajo a Jesús. Jesús mirándolo, dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan; tú serás llamado Cefas," que quiere decir Pedro (Piedra).

Jesús llama a Felipe y a Natanael:
Al día siguiente Jesús se propuso salir para Galilea, y encontró a Felipe, y le dijo: "Sígueme." Felipe era de Betsaida, de la ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encontró a Natanael y le dijo: Hemos hallado a Aquél de quien escribió Moisés en la Ley, y también los Profetas, a Jesús de Nazaret, el hijo de José. Y Natanael le dijo: ¿Puede algo bueno salir de Nazaret? Ven, y ve, le dijo Felipe.
Jesús vio venir a Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un verdadero Israelita en quien no hay engaño." Natanael Le preguntó: ¿Cómo es que me conoces?. Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.” Rabí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel, respondió Natanael. Jesús le contestó: "¿Porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás." También le dijo: "En verdad les digo que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre."

II

Las bodas de Caná (Jesús convierte agua en vino):
Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús; y también Jesús fue invitado a la boda, con Sus discípulos. Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús Le dijo: No tienen vino. Y Jesús le dijo: "Mujer, ¿qué nos interesa esto a ti y a Mí? Todavía no ha llegado Mi hora." Su madre dijo a los que servían: Hagan todo lo que Él les diga. Y había allí seis tinajas de piedra, puestas para ser usadas en el rito de la purificación de los Judíos; en cada una cabían dos o tres cántaros (unos 100 litros). Jesús les dijo: "Llenen de agua las tinajas." Y las llenaron hasta el borde. Entonces les dijo: "Saquen ahora un poco y llévenlo al mayordomo." Y se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde era, pero los que servían, que habían sacado el agua, lo sabían. Entonces el mayordomo llamó al novio, y le dijo: Todo hombre sirve primero el vino bueno, y cuando ya han tomado bastante, entonces el inferior; pero tú has guardado hasta ahora el vino bueno. Este principio de Sus señales (milagros) hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó Su gloria, y Sus discípulos creyeron en El. Después de esto Jesús bajó a Capernaúm con Su madre, Sus hermanos y Sus discípulos; pero no se quedaron allí muchos días.

Jesús purifica el templo:
La Pascua de los Judíos estaba cerca, y Jesús subió a Jerusalén. En el templo encontró a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados. Y haciendo un látigo de cuerdas, echó a todos fuera del templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los que cambiaban el dinero y volcó las mesas. A los que vendían palomas les dijo: "Quiten esto de aquí; no hagan de la casa de Mi Padre una casa de comercio." Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: EL CELO POR TU CASA ME CONSUMIRA. Entonces los Judíos Le dijeron: Ya que haces estas cosas, ¿qué señal nos muestras? Jesús les respondió: "Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré." Entonces los Judíos dijeron: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y Tú lo levantarás en tres días? Pero Él hablaba del templo de Su cuerpo. Por eso, cuando resucitó de los muertos, Sus discípulos se acordaron de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había hablado.

Jesús conoce a todos los hombres:
Cuando Jesús estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en Su nombre al ver las señales que hacía. Pero Jesús, en cambio, no se confiaba en ellos, porque los conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie Le diera testimonio del hombre, porque El conocía lo que había en el interior del hombre.

III

Jesús y Nicodemo :
Había un hombre de los Fariseos, llamado Nicodemo, prominente (principal) entre los Judíos. Este vino a Jesús de noche y Le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales (los milagros) que Tú haces si Dios no está con él. Jesús le contestó: "En verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios." Nicodemo Le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Jesús respondió: "En verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te asombres de que te haya dicho: Tienen que nacer de nuevo. El viento sopla por donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquél que es nacido del Espíritu." Nicodemo Le preguntó: ¿Cómo puede ser esto? Jesús le respondió: “Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? En verdad te digo que hablamos lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no reciben nuestro testimonio. Si les he hablado de las cosas terrenales, y no creen, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales? Nadie ha subido al cielo, sino Aquél que bajó del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquél que cree, tenga en El vida eterna.”

De tal manera amó Dios al mundo :
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito (único), para que todo aquél que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna (Dios te ama). Porque Dios no envió a Su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. El que cree en Él no es condenado (juzgado); pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito (único) Hijo de Dios. Y éste es el juicio: que la Luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la Luz, pues sus acciones eran malas (Reconoce que tienes necesidad de ayuda). Porque todo el que hace lo malo odia la Luz, y no viene a la Luz para que sus acciones no sean expuestas. Pero el que practica la verdad viene a la Luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios.”

Juan el Bautista vuelve a hablar de Jesús :
Después de esto Jesús vino con Sus discípulos a la tierra de Judea, y estaba allí con ellos, y bautizaba. Juan también bautizaba en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua; y muchos venían y eran bautizados. Porque Juan todavía no había sido puesto en la cárcel.
Surgió entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un Judío acerca de la purificación. Vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira, Aquél que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien diste testimonio, está bautizando y todos van a Él. Juan les respondió: Ningún hombre puede recibir nada si no le es dado del cielo. Ustedes mismos me son testigos de que dije: Yo no soy el Cristo (el Mesías), sino que he sido enviado delante de Él. El que tiene la novia es el novio, pero el amigo del novio, que está allíy le oye, se alegra en gran manera con la voz del novio. Y por eso, este gozo mío se ha completado. Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya.

El que viene de arriba :
El que procede de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, procede de la tierra y de la tierra habla. El que procede del cielo está sobre todos. Lo que Él ha visto y oído, de eso da testimonio; y nadie recibe Su testimonio. El que ha recibido Su testimonio ha certificado esto: que Dios es veraz. Porque Aquél a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, pues Él da el Espíritu sin medida.
El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en Su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él (Jesús es el único Salvador).

IV

Jesús y la mujer de Samaria:
Por tanto, cuando el Señor supo que los Fariseos habían oído que Él hacía y bautizaba más discípulos que Juan (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino Sus discípulos), salió de Judea y se fue otra vez para Galilea. Y El tenía que pasar por Samaria.
Llegó, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José; y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús le dijo: "Dame de beber." Pues Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. Entonces la mujer Samaritana Le dijo: ¿Cómo es que Tú, siendo Judío, me pides de beber a mí, que soy Samaritana? (Porque los Judíos no tienen tratos con los Samaritanos.) Jesús le respondió: "Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú Le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva." Ella Le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Acaso eres Tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados? Jesús le respondió: "Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que Yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna."
Señor, Le dijo la mujer, dame esa agua, para que no tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla. Jesús le dijo: "Ve, llama a tu marido y ven acá." No tengo marido, respondió la mujer. Jesús le dijo: "Bien has dicho: No tengo marido, porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad." La mujer Le dijo: Señor, me parece que Tú eres profeta.
Nuestros padres adoraron en este monte, y ustedes dicen que en Jerusalén está el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: "Mujer, cree lo que te digo: la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los Judíos. Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que Lo adoren. Dios es espíritu, y los que Lo adoran deben adorar en espíritu y en verdad." La mujer Le dijo: Sé que el Mesías viene (el que es llamado Cristo); cuando El venga nos declarará todo. Jesús le dijo: "Yo soy, el que habla contigo." En esto llegaron Sus discípulos y se admiraron de que hablara con una mujer, pero ninguno Le preguntó: ¿Qué tratas de averiguar? o: ¿Por qué hablas con ella?
 Entonces la mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo a los hombres: Vengan, vean a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será éste el Cristo (el Mesías)? Y salieron de la ciudad y fueron adonde El estaba.
Mientras tanto, los discípulos Le rogaban: Rabí (Maestro), come. Pero El les dijo: "Yo tengo para comer una comida que ustedes no saben." Entonces los discípulos se decían entre sí: ¿Le habrá traído alguien de comer?" Jesús les dijo: "Mi comida es hacer la voluntad del que Me envió y llevar a cabo Su obra. ¿No dicen ustedes: Todavía faltan cuatro meses, y después viene la siega? Pero Yo les digo: alcen sus ojos y vean los campos que ya están blancos para la siega. Ya el segador recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra se regocije junto con el que siega. Porque en este caso el dicho es verdadero: Uno es el que siembra y otro el que siega. Yo los envié a ustedes a segar lo que no han trabajado; otros han trabajado y ustedes han entrado en su labor."
Y de aquella ciudad, muchos de los Samaritanos creyeron en Él por la palabra de la mujer que daba testimoniodiciendo: Él me dijo todo lo que yo he hecho. De modo que cuando los Samaritanos vinieron, rogaban a Jesús que se quedara con ellos; y Él se quedó allí dos días. Muchos más creyeron por Su palabra, y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho, porque nosotros mismosLe hemos oído, y sabemos que Este es en verdad el Salvador del mundo.

Jesús sana al hijo de un oficial del rey :
Después de los dos días, Jesús salió de allí para Galilea. Porque Jesús mismo dio testimonio de que a un profeta no se le honra en su propia tierra. Así que cuando llegó a Galilea, los Galileos Lo recibieron,pues habían visto todo lo que El hizo en Jerusalén durante la fiesta; porque ellos también habían ido a la fiesta.
Entonces vino otra vez Jesús a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había allí cierto oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm. Cuando él oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a Su encuentro y Le suplicaba que bajara y sanara a su hijo, porque estaba al borde de la muerte. Jesús entonces le dijo: "Si ustedes no ven señales (milagros) y prodigios, no creerán." El oficial del rey Le dijo: Señor, baja antes de que mi hijo muera. "Puedes irte, tu hijo vive," le dijo Jesús. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. Y mientras bajaba a su casa, sus siervos le salieron al encuentro y le dijeron que su hijo vivía. Entonces les preguntó a qué hora había empezado a mejorar. Y le respondieron: Ayer a la una de la tarde (la hora séptima) se le quitó la fiebre. El padre entonces se dio cuenta que fue a la hora en que Jesús le dijo: "Tu hijo vive." Y creyó él con toda su casa. Esta fue la segunda señal (el segundo milagro) que Jesús hizo cuando fue de Judea a Galilea.

V

Jesús sana a un paralítico :
Después de esto, se celebraba una fiesta de los Judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, un estanque que en Hebreo se llama Betesda que tiene cinco pórticos. En éstos estaba en el suelo una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que esperaban el movimiento del agua; porque un ángel del Señor descendía de vez en cuando al estanque y agitaba el agua; y el primero que descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba curado de cualquier enfermedad que tuviera. Estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado allí y supo que ya llevaba mucho tiempo en aquella condición, le dijo: "¿Quieres ser sano?" El enfermo Le respondió: Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras yo llego, otro baja antes que yo. Jesús le dijo: "Levántate, toma tu camilla y anda." Al instante el hombre quedó sano, y tomó su camilla y comenzó a andar. Pero aquel día era día de reposo.
Por eso los Judíos decían al que había sido sanado: Es día de reposo, y no te es permitido cargar tu camilla. Pero él les respondió: El mismo que me sanó, me dijo: 'Toma tu camilla y anda.' Le preguntaron: ¿Quién es el hombre que te dijo: 'Toma tu camilla y anda'? Pero el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús, sin que se dieran cuenta, se había apartado de la multitud que estaba en aquellugar.
Después de esto Jesús lo halló en el templo y le dijo: "Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te suceda algo peor." El hombre se fue, y dijo a los Judíos que Jesús era el que lo había sanado.
A causa de esto los Judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Pero Jesús les respondió: "Hasta ahora Mi Padre trabaja, y Yo también trabajo." Entonces, por esta causa, los Judíos aún más procuraban matar a Jesús, porque no sólo violaba el día de reposo, sino que también llamaba a Dios Su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

La autoridad del Hijo de Dios :
Por eso Jesús les decía: “En verdad les digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera. Pues el Padre ama al Hijo, y Le muestra todo lo que El mismo hace; y obras mayores que éstas Le mostrará, para que ustedes se queden asombrados. Porque así como el Padre levanta a los muertos y les da vida, asimismo el Hijo también da vida a los que El quiere. Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo, para que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que Lo envió. En verdad les digo: el que oye Mi palabra y cree al que Me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación (a juicio), sino que ha pasado de muerte a vida (Tu Salvador personal). En verdad les digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán. Porque como el Padre tiene vida en El mismo, así también Le dio al Hijo el tener vida en El mismo; y Le dio autoridad para ejecutar juicio, porque Él es el Hijo del Hombre. No se queden asombrados de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán Su voz, y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio.”

Pruebas de la autoridad de Jesús :
Yo no puedo hacer nada por iniciativa Mía; como oigo, juzgo, y Mi juicio es justo porque no busco Mi voluntad, sino la voluntad del que Me envió. Si Yo solo doy testimonio de Mí mismo, Mi testimonio no es verdadero. Otro es el que da testimonio de Mí, y Yo sé que el testimonio que da de Mí es verdadero.
Ustedes han enviado a preguntar a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. Pero el testimonio que Yo recibo no es de hombre; pero digo esto para que ustedes sean salvos. El era la lámpara que ardía y alumbraba, y ustedes estaban dispuestos a regocijarse por un tiempo en su luz. Pero el testimonio que Yo tengo es mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre Me ha dado para llevar a cabo, las mismas obras que Yo hago, dan testimonio de Mí, de que el Padre Me ha enviado.
El Padre que Me envió, El ha dado testimonio de Mí. Pero ustedes no han oído jamás Su voz ni han visto Su apariencia. Y Su palabra no la tienen morando en ustedes, porque no creen en Aquél que El envió.
Ustedes examinan las Escrituras porque piensan tener en ellas la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio de Mí! Pero ustedes no quieren venir a Mí para que tengan esa vida.
Yo no recibo (no acepto) gloria de los hombres; pero a ustedes ya los conozco, que no tienen el amor de Dios. Yo he venido en nombre de Mi Padre y ustedes no Me reciben; si otro viene en su propio nombre, a ése recibirán. ¿Cómo pueden creer, cuando reciben gloria (honor) los unos de los otros, y no buscan la gloria que viene del Dios único? No piensen que Yo los acusaré delante del Padre; el que los acusa es Moisés, en quien ustedes han puesto su esperanza. Porque si creyeran a Moisés, me creerían a Mí, porque de Mí escribió él. Pero si no creen sus escritos, ¿cómo creerán Mis palabras?”

VI

Jesús alimenta a más de cinco mil :
Después de esto, Jesús se fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. Y una gran multitud Lo seguía, pues veían las señales (los milagros) que realizaba en los enfermos. Entonces Jesús subió al monte y se sentó allí con Sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los Judíos.
Cuando Jesús alzó los ojos y vio que una gran multitud venía hacia El, dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para que coman éstos?" Pero decía esto para probarlo, porque El sabía lo que iba a hacer. Felipe Le respondió: Doscientos denarios (salario de 200 días) de pan no les bastarán para que cada uno reciba un pedazo. Uno de Sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, dijo a Jesús: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero ¿qué es esto para tantos?  "Hagan que la gente se siente," dijo Jesús. Y había mucha hierba en aquel lugar; así que se sentaron. El número de los hombres era de unos cinco mil.
Entonces Jesús tomó los panes, y habiendo dado gracias, los repartió a los que estaban sentados; y lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que querían. Cuando se saciaron, dijo a Sus discípulos: "Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada." Ellos los recogieron, y llenaron doce cestas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.
La gente, entonces, al ver la señal (el milagro) que Jesús había hecho, decían: Verdaderamente Este es el Profeta que había de venir al mundo. Por lo que Jesús, dándose cuenta de que iban a venir y por la fuerza hacerle rey, se retiró El solo otra vez al monte.

Jesús camina sobre el mar :
Al atardecer Sus discípulos bajaron hasta el mar, y subiendo en una barca, se dirigieron al otro lado del mar, hacia Capernaum. Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido adonde ellos estaban; y el mar estaba agitado porque soplaba un fuerte viento. Cuando habían remado unos cuatro o cinco kilómetros, vieron a Jesús caminando sobre el mar y que se acercaba a la barca, y se asustaron. Pero El les dijo: "Soy yo; no teman." Entonces ellos querían recibir a Jesús en la barca, pero la barca llegó enseguida a la tierra adónde iban.

La gente busca a Jesús :
Al día siguiente, la multitud que había quedado al otro lado del mar se dio cuenta de que allí no había más que una barca, y que Jesús no había entrado en ella con Sus discípulos, sino que Sus discípulos se habían ido solos. Vinieron otras barcas de Tiberias cerca del lugar donde habían comido el pan después de que el Señor había dado gracias. Por tanto, cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco Sus discípulos, subieron a las barcas y se fueron a Capernaum buscando a Jesús.

Jesús, el pan que da vida :
Cuando Lo hallaron al otro lado del mar, Le dijeron: Rabí (Maestro), ¿cuándo llegaste acá? Jesús les respondió: "En verdad les digo, que Me buscan, no porque hayan visto señales (milagros), sino porque han comido de los panes y se han saciado. Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre les dará, porque a Él es a quien el Padre, Dios, ha marcado con Su sello." Entonces Le preguntaron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Jesús les respondió: "Esta es la obra de Dios: que crean en el que Él ha enviado." Le dijeron entonces: ¿Qué, pues, haces Tú como señal (milagro) para que veamos y Te creamos? ¿Qué obra haces? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: 'LES DIO A COMER PAN DEL CIELO.'  Entonces Jesús les dijo: "En verdad les digo, que no es Moisés el que les ha dado el pan del cielo, sino que es Mi Padre el que les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo, y da vida al mundo." Señor, danos siempre este pan, Le dijeron. Jesús les dijo: "Yo soy el pan de la vida; el que viene a Mí no tendrá hambre, y el que cree en Mí nunca tendrá sed. "Peroya les dije que aunque Me han visto, no creen. Todo lo que el Padre Me da, vendrá a Mí; y al que viene a Mí, de ningún modo lo echaré fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer Mi voluntad, sino la voluntad del que Me envió. Y ésta es la voluntad del que Me envió: que de todo lo que El Me ha dado Yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final. Porque ésta es la voluntad de Mi Padre: que todo aquél que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y Yo mismo lo resucitaré en el día final." Por eso los Judíos murmuraban de Él, porque había dicho: "Yo soy el pan que descendió del cielo." Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo es que ahora dice: 'Yo he descendido del cielo'?" Jesús les dijo: "No murmuren entre sí. Nadie puede venir a Mí si no lo trae el Padre que Me envió, y Yo lo resucitaré en el día final. Escrito está en los profetas: 'Y TODOS SERAN ENSEÑADOS POR DIOS.' Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a Mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino Aquél que viene de Dios, El ha visto al Padre. En verdad les digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Los padres (antepasados) de ustedes comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que Yo también daré por la vida del mundo es Mi carne."
Los Judíos, por tanto, discutían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede Este darnos a comer Su carne? Entonces Jesús les dijo: "En verdad les digo, que si no comen la carne del Hijo del Hombre y beben Su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come Mi carne y bebe Mi sangre, tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré en el día final. Porque Mi carne es verdadera comida, y Mi sangre es verdadera bebida. El que come Mi carne y bebe Mi sangre, permanece en Mí y Yo en él. Como el Padre que vive Me envió, y Yo vivo por el Padre, asimismo el que Me come, él también vivirá por Mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como el que los padres (antepasados) de ustedes comieron, y murieron; el que come este pan vivirá para siempre." Esto dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Capernaum.

Palabras de vida eterna :
Por eso muchos de Sus discípulos, cuando oyeron esto, dijeron: Dura es esta declaración; ¿quién puede escucharla? Pero Jesús, consciente de que Sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: "¿Esto los escandaliza (los hace tropezar)? ¿Pues qué si vieran al Hijo del Hombre ascender adonde estaba antes? El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo les he hablado son espíritu y son vida. Pero hay algunos de ustedes que no creen." Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién era el que Lo iba a traicionar (entregar).
También decía: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a Mí si no se lo ha concedido el Padre." Como resultado de esto muchos de Sus discípulos se apartaron y ya no andaban con Él. Entonces Jesús dijo a los doce discípulos : "¿Acaso también ustedes quieren irse?" Simón Pedro Le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y sabemos que Tú eres el Santo de Dios. Jesús les respondió: "¿No los escogí Yo a ustedes, los doce, y sin embargo uno de ustedes es un diablo?" El se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, porque éste, uno de los doce, Lo iba a entregar.

VII

Los hermanos de Jesús no creían en Él :
Después de esto, Jesús andaba por Galilea, pues no deseaba andar por Judea porque los Judíos Lo querían matar. La fiesta de los Judíos, la de los Tabernáculos, estaba cerca. Por eso los hermanos de Jesús Le dijeron: Sal de aquí, y vete a Judea para que también Tus discípulos vean las obras que Tú haces. Porque nadie hace nada en secreto cuando procura ser conocido en público. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo. Porque ni aun Sus hermanos creían en El. Entonces Jesús les dijo: "Mi tiempo aún no ha llegado, pero el tiempo de ustedes es siempre oportuno. El mundo no puede odiarlos a ustedes, pero Me odia a Mí, porque Yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas. Suban ustedes a la fiesta; Yo no subo a esta fiesta porque Mi tiempo aún no se ha cumplido." Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea.

Jesús en la fiesta de las enramadas (tabernáculos) :
Pero cuando Sus hermanos subieron a la fiesta, entonces Jesús también subió; no abiertamente, sino en secreto. Por eso los Judíos Lo buscaban en la fiesta y decían: ¿Dónde está Ese? Y había mucha murmuración entre la gente acerca de Él. Unos decían: El es bueno. Otros decían: No, al contrario, extravía a la gente. Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de Él por miedo a los Judíos.
A la mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y se puso a enseñar. Entonces los Judíos se maravillaban, diciendo: ¿Cómo puede Este saber de letras sin haber estudiado? Jesús entonces les respondió: "Mi enseñanza no es Mía, sino del que Me envió. "Si alguno está dispuesto a hacer la voluntad de Dios, sabrá si Mi enseñanza es de Dios o si hablo de Mí mismo. El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero Aquél que busca la gloria del que Lo envió, Él es verdadero y no hay injusticia en Él. ¿No les dio Moisés la Ley, y sin embargo ninguno de ustedes la cumple? ¿Por qué Me quieren matar?" La multitud contestó: ¡Tienes un demonio! ¿Quién Te quiere matar? Jesús les respondió: "Una sola obra hice y todos se admiran. Por eso Moisés les ha dado la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres), y en el día de reposo ustedes circuncidan al hombre. Y si para no violar la Ley de Moisés un hombre recibe la circuncisión aún en el día de reposo, ¿por qué están enojados conmigo porque sané por completo a un hombre en el día de reposo? No juzguen por la apariencia, sino juzguen con juicio justo."

(¿Es este el Cristo?) Jesús habla de su origen :
Entonces algunos de Jerusalén decían: ¿No es Este al que procuran matar? Y vean, habla en público y no Le dicen nada. ¿No será que en verdad los gobernantes reconocen que Este es el Cristo (el Mesías)? Sin embargo, nosotros sabemos de dónde es Este; pero cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es.
Jesús entonces, mientras enseñaba en el templo, exclamó en alta voz: "Ustedes Me conocen y saben de dónde soy. Yo no he venido por decisión propia, pero Aquél que Me envió es verdadero, a quien ustedes no conocen. Yo Lo conozco, porque procedo de Él, y Él Me envió."
Procuraban, pues, prender a Jesús; pero nadie Le echó mano porque todavía no había llegado Su hora. Pero muchos de la multitud creyeron en El, y decían: Cuando el Cristo venga, ¿acaso hará más señales (milagros) que las que Este ha hecho?

Los fariseos intentan arrestar a Jesús :
Los Fariseos oyeron a la multitud murmurando estas cosas acerca de Él. Entonces los principales sacerdotes y los Fariseos enviaron guardias para que Lo prendieran. Pero Jesús dijo: "Por un poco más de tiempo estoy con ustedes; después voy a Aquél que Me envió. Me buscarán y no Me hallarán; y donde Yo esté, ustedes no pueden ir." Decían entonces los Judíos entre sí: ¿Adónde piensa irse Este que no Lo podamos encontrar? ¿Será acaso que quiere irse a la dispersión entre los Griegos y enseñar a los Griegos? ¿Qué quiere decir esto que ha dicho: 'Me buscarán y no Me hallarán; y donde Yo esté, ustedes no podrán ir'?

Ríos de agua viva :
En el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz: “Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba. El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.” Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.

División entre la gente (¿Realmente quién es Jesús?) :
Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: Verdaderamente Este es el Profeta. Otros decían: Este es el Cristo (el Mesías). Pero otros decían: ¿Acaso el Cristo ha de venir de Galilea? ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén (Casa del Pan), la aldea de donde era David? Así que surgió una división entre la multitud por causa de Él. Y algunos de ellos querían prender a Jesús, pero nadie Le echó mano.

Las autoridades no creían en Jesús (¡Nunca nadie ha hablado así!) :
Entonces los guardias vinieron a los principales sacerdotes y Fariseos, y éstos les dijeron: ¿Por qué no Lo trajeron? Los guardias respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla! Entonces los Fariseos les contestaron: ¿Es que también ustedes se han dejado engañar? ¿Acaso ha creído en Él alguien de los gobernantes o de los Fariseos? Pero esta multitud que no conoce de la Ley, maldita es. Nicodemo, el que había venido a Jesús antes, y que era uno de ellos, les dijo: ¿Acaso juzga nuestra Ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo que hace? Ellos le respondieron: ¿Es que tú también eres de Galilea? Investiga, y verás que ningún profeta sale de Galilea. Y cada uno se fue a su casa.

VIII

La mujer adúltera :
Pero Jesús se fue al Monte de los Olivos. Al amanecer, vino otra vez al templo, y todo el pueblo venía a Él; y sentándose, les enseñaba. Los escribas y los Fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio, dijeron a Jesús: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. Y en la Ley, Moisés nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. ¿Tú, pues, qué dices? Decían esto, poniendo a prueba a Jesús, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo escribía en la tierra. Pero como insistían en preguntar, Jesús se enderezó y les dijo: "El que de ustedes esté sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra." E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Al oír ellosesto, se fueron retirando uno a uno comenzando por los de mayor edad, y dejaron solo a Jesús y a la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, le dijo: "Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado?" Ninguno, Señor, respondió ella. Entonces Jesús le dijo: "Yo tampoco te condeno. Vete; y desde ahora no peques más."

Jesús, la luz del mundo :
Jesús les habló otra vez, diciendo: "Yo soy la Luz del mundo; el que Me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida." Entonces los Fariseos Le dijeron: Tú das testimonio de Ti mismo; Tu testimonio no es verdadero (válido). Jesús les respondió: "Aunque Yo doy testimonio de Mí mismo, Mi testimonio es verdadero, porque Yo sé de dónde he venido y adónde voy; pero ustedes no saben de dónde vengo ni adónde voy. Ustedes juzgan según la carne; Yo no juzgo a nadie. Pero si Yo juzgo, Mi juicio es verdadero; porque no soy Yo solo, sino Yo y el Padre que Me envió. Aun en la ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de Mí mismo, y el Padre que Me envió da testimonio de Mí." Entonces Le decían: ¿Dónde está Tu Padre? "Ustedes no Me conocen a Mí ni a Mi Padre," les respondió Jesús. "Si Me conocieran, conocerían también a MiPadre." Estas palabras las pronunció en el lugar del tesoro, cuando enseñaba en el templo; y nadie Lo prendió, porque todavía no había llegado Su hora.

A donde yo voy, ustedes no pueden ir :
Entonces Jesús les dijo de nuevo: "Yo me voy, y Me buscarán, y ustedes morirán en su pecado; adonde Yo voy, ustedes no pueden ir." Por eso los Judíos decían: ¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: 'Adonde Yo voy, ustedes no pueden ir'? Y Jesús les decía: "Ustedes son de abajo, Yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, Yo no soy de este mundo. Por eso les dije que morirán en sus pecados; porque si no creen que Yo soy, morirán en sus pecados." (Reconoce que tienes necesidad de ayuda)
¿Tú quién eres? Le preguntaron. Jesús les contestó: "¿Qué les he estado diciendo desde el principio? "Tengo mucho que decir y juzgar de ustedes, pero Aquél que Me envió es veraz; y Yo, las cosas que oí de Él, éstas digo al mundo." Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Por eso Jesús les dijo: "Cuando ustedes levanten al Hijo del Hombre, entonces sabrán que Yo soy y que no hago nada por Mi cuenta, sino que hablo estas cosas como el Padre Me enseñó. "Y Aquél que Me envió está conmigo; no Me ha dejado solo, porque Yo siempre hago lo que Le agrada." Al hablar estas cosas, muchos creyeron en El.

La verdad los hará libres :
Entonces Jesús decía a los Judíos que habían creído en El: "Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres." (Consagrate al servicio del Señor: ora, lee la Biblia, da testimonio)
Ellos Le contestaron: Somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices Tú: 'Serán libres'? Jesús les respondió: "En verdad les digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo  permanece para siempre. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán realmente libres. Sé que ustedes son descendientes de Abraham; y sin embargo, Me quieren matar porque Mi palabra no tiene aceptación en ustedes. Yo hablo lo que he visto con Mi Padre; ustedes, entonces, hacen también lo que oyeron de su padre."

Sois de vuestro padre el diablo :
Ellos Le contestaron: Abraham es nuestro padre. Jesús les dijo: "Si son hijos de Abraham, hagan las obras de Abraham. Pero ahora Me quieren matar, a Mí que les he dicho la verdad que oí de Dios. Esto no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre." Ellos Le dijeron: Nosotros no nacimos de fornicación; tenemos un Padre, es decir, Dios. Jesús les dijo: "Si Dios fuera su Padre, Me amarían, porque Yo salí de Dios y vine de Él , pues no he venido por Mi propia iniciativa, sino que El Me envió. ¿Por qué no entienden lo que digo? Porque no pueden oír Mi palabra. Ustedes son de su padre el diablo y quieren hacer los deseos de su padre. El fue un asesino desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira. Pero porque Yo digo la verdad, no Me creen. ¿Quién de ustedes Me prueba que tengo pecado? Y si digo verdad, ¿por qué ustedes no Me creen? El que es de Dios escucha las palabras de Dios; por eso ustedes no escuchan, porque no son de Dios."

Cristo existe desde antes de Abraham :
Los Judíos Le contestaron: ¿No decimos con razón que Tú eres Samaritano y que tienes un demonio? Jesús respondió: "Yo no tengo ningún demonio, sino que honro a Mi Padre, y ustedes me deshonran a Mí. Pero Yo no busco Mi gloria; hay Uno que la busca, y juzga. En verdad les digo que si alguien guarda Mi palabra, no verá jamás la muerte." Los Judíos Le dijeron: Ahora sí sabemos que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas, y Tú dices: 'Si alguien guarda Mi palabra no probará jamás la muerte.' ¿Eres Tú acaso mayor que nuestro padre Abraham que murió? Los profetas también murieron; ¿quién crees que eres? Jesús respondió: "Si Yo mismo Me glorifico, Mi gloria no es nada; es Mi Padre el que Me glorifica, de quien ustedes dicen: Él es nuestro Dios.' Ustedes no Lo han conocido, pero Yo Lo conozco; y si digo que no Lo conozco seré un mentiroso como ustedes; pero  Lo conozco y guardo Su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se regocijó esperando ver Mi día; y lo vio y se alegró." Por esto los Judíos Le dijeron: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: "En verdad les digo, que antes que Abraham naciera, Yo soy." Entonces tomaron piedras para tirárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo.

IX

Jesús da la vista a un hombre que nació ciego :
Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y Sus discípulos Le preguntaron: Rabí (Maestro), ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego? Jesús respondió: "Ni éste pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él. Nosotros debemos hacer las obras del que Me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, Yo soy la Luz del mundo." Habiendo dicho esto, escupió en tierra, e hizo barro con la saliva y le untó el barro en los ojos al ciego, y le dijo: "Ve y lávate en el estanque de Siloé" (que quiere decir Enviado). El ciego fue, pues, y se lavó y regresó viendo. Entonces los vecinos y los que antes lo habían visto que era mendigo, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? él es, decían unos. No, pero se parece a él," decían otros. Él decía: yo soy. Entonces le decían: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? El respondió: El hombre que se llama Jesús hizo barro, lo untó sobre mis ojos y me dijo: Ve al estanque de Siloé y lávate. Así que fui, me lavé y recibí la vista. ¿Dónde está El? le preguntaron. Y él les dijo: No lo sé.

Los fariseos interrogan al ciego que fue sanado :
Llevaron ante los Fariseos al que antes había sido ciego. Y era día de reposo el día en que Jesús hizo el barro y le abrió los ojos. Por eso los Fariseos volvieron también a preguntarle cómo había recibido la vista. Y él les dijo: Me puso barro sobre los ojos, y me lavé y veo." Por eso algunos de los Fariseos decían: Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el día de reposo. Pero otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales señales (milagros)? Y había división entre ellos. Entonces preguntaron otra vez al ciego: ¿Qué dices tú de Él, ya que te abrió los ojos? Es un profeta, les respondió. Pero los Judíos no le creyeron que había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, y les preguntaron: ¿Es éste su hijo, el que ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve? Entonces sus padres les contestaron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego; pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; o quién le abrió los ojos, nosotros no lo sabemos. Pregúntenle a él; ya es mayor de edad, él hablará por sí mismo. Sus padres dijeron esto porque tenían miedo a los Judíos; porque los Judíos ya se habían puesto de acuerdo en que si alguien confesaba que Jesús era el Cristo (el Mesías), fuera expulsado de la sinagoga. Por eso sus padres dijeron: Ya es mayor de edad; pregúntenle a él.
Por segunda vez los Judíos llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es un pecador. Entonces él les contestó: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé: que yo era ciego y ahora veo. Ellos volvieron a preguntarle: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? Él les contestó: Ya les dije y no escucharon; ¿por qué quieren oírlo otra vez? ¿Es que también ustedes quieren hacerse discípulos suyos? Entonces lo insultaron, y le dijeron: Tú eres discípulo de ese hombre;pero nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que Dios habló a Moisés, pero en cuanto a Este, no sabemos de dónde es. El hombre les respondió: Pues en esto hay algo asombroso, que ustedes no sepan de dónde es, y sin embargo, a mí me abrió los ojos. Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace Su voluntad, a éste oye. Desde el principio jamás se ha oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si Este no viniera de Dios, no podría hacer nada. Ellos le respondieron: Tú naciste enteramente en pecados, ¿y tú nos enseñas a nosotros? Y lo echaron fuera.

Ceguera espiritual :
Jesús oyó decir que lo habían echado fuera, y cuando lo encontró, le dijo: “¿Crees tú en el Hijo del Hombre?" él le respondió: ¿Y quién es, Señor, para que yo crea en Él? Jesús le dijo: “Pues tú Lo has visto, y el que está hablando contigo, Ese es”. Él entonces dijo: Creo, Señor. Y Lo adoró.
Y Jesús dijo: "Yo vine a este mundo para juicio; para que los que no ven, vean, y para que los que ven se vuelvan ciegos." Algunos de los Fariseos que estaban con Él oyeron esto y Le dijeron: ¿Acaso nosotros también somos ciegos? Jesús les dijo: "Si ustedes fueran ciegos, no tendrían pecado; pero ahora, porquedicen: Vemos, su pecado permanece.

X

El pastor y sus ovejas :
"En verdad les digo, que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños." Jesús les habló por medio de esta comparación (ilustración), pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

Jesús, el buen pastor :
Entonces Jesús les dijo de nuevo: “En verdad les digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de Mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; si alguno entra por Mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El ladrón sólo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor da Su vida por las ovejas. Pero el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, entonces el lobo las arrebata y las dispersa. El asalariado huye porque sólo trabaja por el pago y no le importan las ovejas.”
Yo soy el buen pastor, y conozco Mis ovejas y ellas Me conocen, al igual que el Padre Me conoce y Yo conozco al Padre, y doy Mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también Yo debo traerlas, y oirán Mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor. Por eso el Padre Me ama, porque Yo doy Mi vida para tomarla de nuevo. Nadie Me la quita, sino que Yo la doy de Mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de Mi Padre”.
Volvió a surgir una división entre los Judíos por estas palabras. Y muchos de ellos decían: iene un demonio y está loco. ¿Por qué Le hacen caso? Otros decían: Estas no son palabras de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?

Los judíos rechazan a Jesús :
En esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús andaba por el templo, en el pórtico de Salomón. Entonces los Judíos Lo rodearon, y Le decían: ¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si Tú eres el Cristo (el Mesías), dínoslo claramente. Jesús les respondió: “Se lo he dicho a ustedes y no creen; las obras que Yo hago en el nombre de Mi Padre, éstas dan testimonio de Mí. Pero ustedes no creen porque no son de Mis ovejas. Mis ovejas oyen Mi voz; Yo las conozco y Me siguen. Yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de Mi mano (Tu Salvador personal). Mi Padre que Melas dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.”
Los Judíos volvieron a tomar piedras para tirárselas. Entonces Jesús les dijo: "Les he mostrado muchas obras buenas que son del Padre. ¿Por cuál de ellas Me apedrean?" Los Judíos Le contestaron: No Te apedreamos por ninguna obra buena, sino por blasfemia; y porque Tú, siendo hombre, te haces Dios. Jesús les respondió: "¿No está escrito en su Ley: 'YO DIJE: SON DIOSES'? Si a aquéllos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses, (y la Escritura no se puede violar), ¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, ustedes dicen: 'Blasfemas,' porque dije: 'Yo soy el Hijo de Dios'? Si no hago las obras de Mi Padre, no Me crean; pero si las hago, aunque a Mí no Me crean, crean a las obras; para que sepan y entiendan que el Padre está en Mí y Yo en el Padre." Por eso procuraban otra vez prender a Jesús, pero El se les escapó de entre las manos.
Se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedó allí. Muchos vinieron a El y decían: Aunque Juan no hizo ninguna señal, sin embargo, todo lo que Juan dijo de Este era verdad.  Y muchos creyeron allí en Jesús.

XI

Muerte de Lázaro :
Estaba enfermo cierto hombre llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de su hermana Marta. María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume y Le secó los pies con sus cabellos. Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús: Señor, el que Tú amas está enfermo. Cuando Jesús lo oyó, dijo: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella.” Y Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando oyó, pues, que Lázaro estaba enfermo, entonces se quedó dos días más en el lugar donde estaba.
Luego, después de esto, dijo a Sus discípulos: "Vamos de nuevo a Judea." Los discípulos Le dijeron: Rabí (Maestro), hace poco que los Judíos Te querían apedrear, ¿y vas allá otra vez? Jesús respondió: "¿No hay doce horas en el día? Si alguien anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo. Pero si alguien anda de noche, tropieza, porque la luz no está en él." Dijo esto, y después añadió: "Nuestro amigo Lázaro se ha dormido; pero voy a despertarlo." Los discípulos entonces Le dijeron: "Señor, si se ha dormido, se recuperará".
Jesús había hablado de la muerte de Lázaro, pero ellos creyeron que hablaba literalmente del sueño. Entonces Jesús, por eso, les dijo claramente: "Lázaro ha muerto; y por causa de ustedes me alegro de no haber estado allí, para que crean; pero vamos a donde está él."
Tomás, llamado el Dídimo (el Gemelo), dijo entonces a sus condiscípulos: Vamos nosotros también para morir con El.

Jesús: la resurrección y la vida :
Llegó, pues, Jesús y halló que ya hacía cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. Betania estaba cerca de Jerusalén, como a tres kilómetros; y muchos de los Judíos habían venido a la casa de Marta y María, para consolarlas por la muerte de su hermano. Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, Lo fue a recibir, pero María se quedó sentada en casa. Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Aun ahora, yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios Te lo concederá. "Tu hermano resucitará," le dijo Jesús. Marta Le contestó: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final. Jesús le contestó: "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en Mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?" Ella Le dijo: "Sí, Señor; yo he creído que Tú eres el Cristo (el Mesías), el Hijo de Dios, o sea, el que viene al mundo.

Jesús llora ante la tumba de Lázaro :
Habiendo dicho esto, Marta se fue y llamó a su hermana María, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí, y te llama. Tan pronto como ella lo oyó, se levantó rápidamente y fue hacia El. Porque Jesús aún no había entrado en la aldea, sino que todavía estaba en el lugar donde Marta Lo había encontrado. Entonces los Judíos que estaban con ella en la casa consolándola, cuando vieron que María se levantó de prisa y salió, la siguieron, suponiendo que iba al sepulcro a llorar allí. Al llegar María adonde estaba Jesús, cuando Lo vio, se arrojó a Sus pies, diciendo: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Y cuando Jesús la vio llorando, y a los Judíos que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente en el espíritu, y se entristeció. "¿Dónde lo pusieron?" preguntó Jesús. Señor, ven y ve, Le dijeron. Jesús lloró. Por eso los Judíos decían: Miren, cómo lo amaba. Pero algunos de ellos dijeron: "¿No podía Este, que abrió los ojos del ciego, haber evitado también que Lázaromuriera?

Resurrección de Lázaro :
Entonces Jesús, de nuevo profundamente conmovido, fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella. "Quiten la piedra," dijo Jesús. Marta, hermana del que había muerto, Le dijo: Señor, ya huele mal, porque hace cuatro días que murió. "¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?"
Entonces quitaron la piedra. Jesús alzó los ojos, y dijo: "Padre, Te doy gracias porque Me has oído. Yo sabía que siempre Me oyes; pero Lo dije por causa de la multitud que Me rodea, para que crean que Tú Me has enviado." Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: "¡Lázaro, sal fuera!" Y el que había muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: "Desátenlo, y déjenlo ir."

Conspiración para arrestar y matar a Jesús:
Por esto muchos de los Judíos que habían venido a ver a María, y vieron lo que Jesús había hecho, creyeron en Él. Pero algunos de ellos fueron a los Fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho. Entonces los principales sacerdotes y los Fariseos convocaron un concilio, y decían: ¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales (muchos milagros). Si Lo dejamos seguir así, todos van a creer en Él, y los Romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar (el templo) y nuestra nación. Pero uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote ese año, les dijo: Ustedes no saben nada, ni tienen en cuenta que les es más conveniente que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa, sino que siendo el sumo sacerdote ese año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos. Así que, desde ese día planearon entre sí matar a Jesús. Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los Judíos, sino que se fue de allí a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con los discípulos.
Estaba cerca la Pascua de los Judíos, y muchos de la región subieron a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse. Entonces buscaban a Jesús, y estando ellos en el templo, se decían unos a otros: ¿Qué les parece? ¿Qué, vendrá a la fiesta o no? Y los principales sacerdotes y los Fariseos habían dado órdenes de que si alguien sabía dónde estaba Jesús, diera aviso para que Lo prendieran.

XII

Una mujer perfuma los pies de Jesús :
Entonces Jesús, seis días antes de la Pascua, vino a Betania donde estaba Lázaro, al que Jesús había resucitado de entre los muertos. Y Le hicieron una cena allí, y Marta servía; pero Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con El. Entonces María, tomando unos 300 gramos de perfume de nardo puro que costaba mucho, ungió los pies de Jesús, y se los secó con los cabellos, y la casa se llenó con la fragancia del perfume. Y Judas Iscariote, uno de Sus discípulos, el que Lo iba a entregar (traicionar), dijo: ¿Por qué no se vendió este perfume por 300 denarios (salario de 300 días) y se dio a los pobres? Pero dijo esto, no porque se preocupara por los pobres, sino porque era un ladrón, y como tenía la bolsa del dinero, sustraía de lo que se echaba en ella. Entonces Jesús dijo: "Déjala, para que lo guarde para el día de Mi sepultura. Porque a los pobres siempre los tendrán con ustedes; pero a Mí no siempre Me tendrán."

Conspiración contra Lázaro :
Entonces la gran multitud de Judíos se enteró de que Jesús estaba allí; y vinieron no sólo por causa de Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Pero los principales sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro; porque por causa de él muchos de los Judíos se apartaban y creían en Jesús.

Jesús entra en Jerusalén :
Al día siguiente, cuando la gran multitud que había venido a la fiesta, oyó que Jesús venía a Jerusalén, tomaron hojas de las palmas y salieron a recibir a Jesús, y gritaban: ¡Hosanna! BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR, el Rey de Israel. Jesús, hallando un asnillo, se montó en él; como está escrito: "NO TEMAS, MIRA, SION; HE AQUI, TU REY VIENE, MONTADO EN UN POLLINO DE ASNA." Sus discípulos no entendieron esto al principio, pero después, cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que esto se había escrito de Él, y de que Le habían hecho estas cosas. Y así, la multitud que estaba con Jesús cuando llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos, daba testimonio de Él. Por eso la multitud fue también a recibir a Jesús, porque habían oído que El había hecho esta señal (este milagro). Entonces los Fariseos se decían unos a otros: ¿Ven que ustedes no consiguen nada? Miren, todo el mundo se ha ido tras Él.

Unos griegos buscan a Jesús :
Había unos Griegos entre los que subían a adorar en la fiesta; éstos fueron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaban: Señor, queremos ver a Jesús. Felipe fue y se lo dijo a Andrés; Andrés y Felipe fueron y se lo dijeron a Jesús. Jesús les respondió: “Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. En verdad les digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto. El que ama su vida (alma) la pierde; y el que aborrece su vida (alma) en este mundo, la conservará para vida eterna. Si alguien Me sirve, que Me siga; y donde Yo estoy, allí también estará Mi servidor; si alguien Me sirve, el Padre lo honrará”.

Jesús anuncia su muerte :
Ahora Mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: 'Padre, sálvame de esta hora'? Pero para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica Tu nombre.” Entonces vino una voz del cielo: "Y Lo he glorificado, y de nuevo Lo glorificaré." Por eso la multitud que estaba allí y oyó la voz, decía que había sido un trueno; otros decían: Un ángel Le ha hablado. Jesús les dijo: "Esta voz no ha venido por causa Mía, sino por causa de ustedes. Ya está aquí el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Pero Yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a Mí mismo." Pero Él decía esto para indicar la clase de muerte que iba a morir. Entonces la multitud Le respondió: Hemos oído en la Ley que el Cristo (el Mesías) permanecerá para siempre; ¿y cómo dices Tú: 'El Hijo del Hombre tiene que ser levantado'? ¿Quién es este Hijo del Hombre? Jesús entonces les dijo: "Todavía, por un poco de tiempo, la Luz estará entre ustedes. Caminen mientras tengan la Luz, para que no los sorprendan las tinieblas; el que anda en la oscuridad no sabe adónde va. Mientras tienen la Luz, crean en la Luz, para que sean hijos de la Luz." Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.

Los judíos no creían en Jesús :
Pero aunque había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en Él, para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías, que dijo: "SEÑOR, ¿QUIEN HA CREIDO A NUESTRO ANUNCIO? ¿Y A QUIEN SE HA REVELADO EL BRAZO DEL SEÑOR?" Por eso no podían creer, porque Isaías dijo también: "EL HA CEGADO SUS OJOS Y ENDURECIDO SU CORAZON, PARA QUE NO VEAN CON LOS OJOS Y ENTIENDAN CON EL CORAZON, Y SE CONVIERTAN Y YO LOS SANE." Esto dijo Isaías porque vio Su gloria, y habló de Él. Sin embargo, muchos, aun de los gobernantes, creyeron en El, pero por causa de los Fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. Porque amaban más el reconocimiento de los hombres que el reconocimiento de Dios.

Jesús vino para salvar a la gente :
Entonces Jesús exclamó: "El que cree en Mí, no cree en Mí, sino en Aquél que Me ha enviado. Y el que Me ve, ve a Aquél que Me ha enviado. Yo, la Luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en Mí no permanezca en tinieblas. Si alguno oye Mis palabras y no las guarda, Yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que Me rechaza y no recibe Mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final. Porque Yo no he hablado por Mi propia cuenta, sino que el Padre mismo que Me ha enviado Me ha dado mandamiento sobre lo que he de decir y lo que he de hablar. Y sé que Su mandamiento es vida eterna; por eso lo que Yo hablo, lo hablo tal como el Padre Me lo ha dicho."

XIII

Jesús lava los pies a sus discípulos :
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que Su hora había llegado para pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los Suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Y durante la cena, como ya el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, el que Lo entregara, Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todas las cosas en Sus manos, y que de Dios había salido y a Dios volvía, se levantó de la cena y se quitó el manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego echó agua en una vasija, y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía ceñida. Cuando llegó a Simón Pedro, éste Le dijo: Señor, ¿Tú me vas a lavar a mí los pies? Jesús le respondió: "Ahora tú no comprendes lo que Yo hago, pero lo entenderás después." ¡Jamás me lavarás los pies! Le dijo Pedro. "Si no te lavo, no tienes parte conmigo," le respondió Jesús. Simón Pedro Le dijo: Señor, entonces no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dijo: "El que se ha bañado no necesita lavarse, excepto los pies, pues está todo limpio; y ustedes están limpios, pero no todos." Porque sabía quién Lo iba a entregar; por eso dijo: "No todos están limpios."
Entonces, cuando acabó de lavarles los pies, tomó Su manto, y sentándose a la mesa otra vez, les dijo: "¿Saben lo que les he hecho? Ustedes Me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque Lo soy. Pues si Yo, el Señor y el Maestro, les lavé los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Porque les he dado ejemplo, para que como Yo les he hecho, también ustedes lo hagan. En verdad les digo, que un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió. Si saben esto, serán felices si lo practican. No hablo de todos ustedes. Yo conozco a los que he escogido; pero espara que se cumpla la Escritura: 'EL QUE COME MI PAN HA LEVANTADO CONTRA MI SU TALON.' Se lo digo desde ahora, antes de que pase, para que cuando suceda, crean que Yo soy. En verdad les digo, que el que recibe al que Yo envíe, Me recibe a Mí; y el que Me recibe a Mí, recibe a Aquél que Me envió."

Jesús anuncia que será traicionado (por Judas):
Habiendo dicho Jesús esto, se angustió en espíritu, y testificó y dijo: "En verdad les digo que uno de ustedes Me entregará." Los discípulos se miraban unos a otros, y estaban perplejos sin saber de quién hablaba. Uno de Sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa reclinado en el pecho de Jesús. Por eso Simón Pedro le hizo señas, y le dijo: Dinos de quién habla. Entonces él, recostándose de nuevo sobre el pecho de Jesús, Le dijo: Señor, ¿quién es? Entonces Jesús respondió: "Es aquél a quien Yo le dé el pedazo de pan que voy a mojar." Y después de mojar el pedazo de pan, lo tomó y se lo dio a Judas, hijode Simón Iscariote. Y después de comer el pan, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: "Lo que vas a hacer, hazlo pronto." Pero ninguno de los que estaban sentados a la mesa entendió por qué le dijo esto. Porque algunos pensaban que como Judas tenía la bolsa del dinero, Jesús le decía: "Compra lo que necesitamos para la fiesta," o que diera algo a los pobres. Y Judas, después de recibir el bocado, salió inmediatamente; y ya era de noche.

El nuevo mandamiento :
Entonces, cuando salió, Jesús dijo: "Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en Él. Si Dios es glorificado en Él, Dios también Lo glorificará en Él mismo, y Lo glorificará enseguida. Hijitos, estaré con ustedes un poco más de tiempo. Me buscarán, y como dije a los Judíos, ahora también les digo a ustedes: 'adonde Yo voy, ustedes no pueden ir.' Un mandamiento nuevo les doy: 'que se amen los unos a los otros;' que como Yo los he amado, así también se amen los unos a los otros. En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros."

Jesús anuncia que Pedro lo negará :
Señor, ¿adónde vas? Le preguntó Simón Pedro. Jesús respondió: "Adonde Yo voy, tú no Me puedes seguir ahora, pero Me seguirás después." Pedro Le dijo: Señor, ¿por qué no Te puedo seguir ahora mismo? ¡Yo daré mi vida por Ti! Jesús le respondió: “¿Tu vida darás por Mí? En verdad te digo, que no cantará el gallo sin que antes Me hayas negado tres veces.”

XIV

Jesús, el camino al Padre :
No se turbe su corazón; crean en Dios, crean también en Mí. En la casa de Mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, se lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para ustedes. Y si me voy y les preparo un lugar, vendré otra vez y los tomaré adonde Yo voy; para que donde Yo esté, allí estén ustedes también. Y conocen el camino adónde voy." Señor, si no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino? Le dijo Tomás. Jesús le dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí (Jesús el único Salvador). Si ustedes Me hubieran conocido, también hubieran conocido a Mi Padre; desde ahora Lo conocen y Lo han visto."
Señor, muéstranos al Padre y nos basta, Le dijo Felipe. Jesús le dijo: "¿Tanto tiempo he estado con ustedes, y todavía no Me conoces, Felipe? El que Me ha visto a Mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: 'Muéstranos al Padre'? ¿No crees que Yo estoy en el Padre y el Padre en Mí? Las palabras que Yo les digo, no las hablo por Mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en Mí es el que hace las obras. "Créanme que Yo estoy en el Padre y el Padre en Mí; y si no, crean por las obras mismas. En verdad les digo: el que cree en Mí, las obras que Yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque Yo voy al Padre. Y todo lo que pidan en Mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo (Consagrate al servicio para el Señor: ora, lee La Biblia, da testimonio). Si Me piden algo en Mi nombre, Yo lo haré.”

Jesús promete enviar el espíritu Santo :
"Si ustedes Me aman, guardarán Mis mandamientos. Entonces Yo rogaré al Padre, y El les dará otro Consolador (Intercesor) para que esté con ustedes para siempre; es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni Lo ve ni Lo conoce, pero ustedes sí Lo conocen porque mora con ustedes y estará en ustedes. No los dejaré huérfanos; vendré a ustedes. Un poco más de tiempo y el mundo no Me verá más, pero ustedes Me verán; porque Yo vivo, ustedes también vivirán. En ese día conocerán que Yo estoy en Mi Padre, y ustedes en Mí y Yo en ustedes. El que tiene Mis mandamientos y los guarda, ése es el que Me ama; y el que Me ama será amado por Mi Padre; y Yo lo amaré y Me manifestaré a él."
Judas (no el Iscariote) Le dijo: Señor, ¿y qué ha pasado que Te vas a manifestar a nosotros y no al mundo? Jesús le respondió: “Si alguien Me ama, guardará Mi palabra; y Mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. El que no Me ama, no guarda Mis palabras; y la palabra que ustedes oyen no es Mía, sino del Padre que Me envió. Estas cosas les he dicho estando con ustedes. Pero el Consolador (Intercesor), el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre, El les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he dicho. La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo. Oyeron que les dije: 'Me voy, y vendré a ustedes.' Si Me amaran, se regocijarían, porque voy al Padre, ya que el Padre es mayor que Yo. Y se lo he dicho ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean. No hablaré mucho más con ustedes, porque viene el príncipe (gobernante) de este mundo, y él no tiene nada en Mí; pero para que el mundo sepa que Yo amo al Padre, y como el Padre Me mandó, así hago. Levántense, vámonos de aquí”.

XV

Jesús, la vid verdadera :
Yo soy la vid verdadera, y Mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en Mí no da fruto, lo quita; y todoel que da fruto, lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado. Permanezcan en Mí, y Yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en Mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en Mí y Yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de Mí nada pueden hacer (Eres parte de la familia de Dios). Si alguien no permanece en Mí, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman. Si permanecen en Mí, y Mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y les será hecho. En esto es glorificado Mi Padre, en que den mucho fruto, y asíprueben que son Mis discípulos. Como el Padre Me ha amado, así también Yo los he amado; permanezcan en Mi amor (Dios te ama). Si guardan Mis mandamientos, permanecerán en Mi amor, así como Yo he guardado los mandamientos de Mi Padre y permanezco en Su amor. Estas cosas les he hablado, para que Mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea perfecto. Este es Mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, así como Yo los he amado. Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos. Ustedes son Mis amigos si hacen lo que Yo les mando (Jesús es tu Señor y amigo). Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero los he llamado amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído de Mi Padre. Ustedes no me escogieron a Mí, sino que Yo los escogí a ustedes, y los designé para que vayan y den fruto, y que su fruto permanezca; para que todo lo que pidan al Padre en Mi nombre se lo conceda. Esto les mando: que se amen los unos a los otros”.

El mundo odia a Jesús y a los suyos :
"Si el mundo los odia, sepan que Me ha odiado a Mí antes que a ustedes. Si ustedes fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no son del mundo, sino que Yo los escogí de entre el mundo, por eso el mundo los odia. Acuérdense de la palabra que Yo les dije: 'Un siervo no es mayor que su señor.' Si Me persiguieron a Mí, también los perseguirán a ustedes; si guardaron Mi palabra, también guardarán la de ustedes. Pero todo eso les harán por causa de Mi nombre, porque no conocen a Aquél que Me envió. Si Yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado (culpa), pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que Me odia a Mí, odia también a Mi Padre. Si Yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado (culpa); pero ahora las han visto, y Me han odiado a Mí y también a Mi Padre. Pero ellos han hecho esto para que se cumpla la palabra que está escrita en su Ley: 'ME ODIARON SIN CAUSA.' Cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que procede del Padre, El dará testimonio de Mí, y ustedes también darán testimonio, porque han estado junto a Mí desde el principio.

XVI

Estas cosas les he dicho para que no tengan tropiezo (no sean escandalizados). Los expulsarán de las sinagogas; pero viene la hora cuando cualquiera que los mate pensará que así rinde un servicio a Dios. Y harán estas cosas porque no han conocido ni al Padre ni a Mí. Pero les he dicho estas cosas para que cuando llegue la hora, se acuerden de que ya les había hablado de ellas”.

Lo que hace el Espíritu Santo :
Y no les dije estas cosas al principio, porque Yo estaba con ustedes. Pero ahora voy al que Me envió, y ninguno de ustedes Me pregunta: '¿Adónde vas?' Pero porque les he dicho estas cosas, la tristeza ha llenado su corazón. Pero Yo les digo la verdad: les conviene que Yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador (Intercesor) no vendrá a ustedes; pero si me voy, se Lo enviaré. Y cuando El venga, convencerá (culpará) al mundo de pecado, de justicia y de juicio; de pecado, porque no creen en Mí; de justicia, porque Yo voy al Padre y ustedes no Me verán más;  y de juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado. Aún tengo muchas cosas que decirles, pero ahora no las pueden soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad venga, los guiará a toda la verdad, porque no hablará por Su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber lo que habrá de venir. Él Me glorificará, porque tomará de lo Mío y se lo hará saber a ustedes. Todo lo que tiene el Padre es Mío; por eso dije que El toma de lo Mío y se lo hará saber a ustedes”.

La tristeza se cambiará en alegría :
"Un poco más , y ya no Me verán; y de nuevo un poco, y Me verán."  Entonces algunos de Sus discípulos se decían unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: 'Un poco más, y no Me verán, y de nuevo un poco, y Me verán' y 'Porque Yo voy al Padre'? Por eso decían: ¿Qué es esto que dice: 'Un poco'? No sabemos de qué habla. Jesús sabía que querían preguntarle, y les dijo: "¿Están discutiendo entre ustedes sobre esto, porque dije: 'Un poco más, y no Me verán, y de nuevo un poco, y Me verán'? En verdad les digo, que llorarán y se lamentarán, pero el mundo se alegrará; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría. Cuando la mujer está para dar a luz, tiene aflicción, porque ha llegado su hora; pero cuando da a luz al niño, ya no se acuerda de la angustia, por la alegría de que un niño haya nacido en el mundo. Por tanto, ahora ustedes tienen también aflicción; pero Yo los veré otra vez, y su corazón se alegrará, y nadie les quitará su gozo. En aquel día no Me preguntarán nada. En verdad les digo, que si piden algo al Padre en Mi nombre, El se lo dará. Hasta ahora nada han pedido en Mi nombre; pidan y recibirán, para que su gozo sea completo” (Jesús es tu Señor y amigo).

Jesucristo, vencedor del mundo :
"Estas cosas les he hablado en lenguaje figurado (en proverbios); viene el tiempo cuando no les hablaré más en lenguaje figurado, sino que les hablaré del Padre claramente. En ese día pedirán en Mi nombre, y no les digo que Yo rogaré al Padre por ustedes, pues el Padre mismo los ama, porque ustedes Me han amado y han creído que Yo salí del Padre. Salí del Padre y he venido al mundo; de nuevo, dejo el mundo y voy al Padre." Sus discípulos Le dijeron: Ahora hablas claramente y no usas lenguaje figurado (un proverbio). Ahora entendemos que Tú sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie Te pregunte; por esto creemos que Tú viniste de Dios
Jesús les respondió: "¿Ahora creen? Miren, la hora viene, y ya ha llegado, en que serán esparcidos, cada uno por su lado, y Me dejarán solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo."

XVII

Jesús ora por sus discípulos y por los nuevos creyentes :
Estas cosas habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo:
Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que el Hijo Te glorifique a Ti, por cuanto Le diste autoridad sobre todo ser humano, para que El dé vida eterna a todos los que Le has dado. Y ésta es la vida eterna: que Te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado (Dios te ama). Yo Te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que Me diste que hiciera. Y ahora, glorifícame Tú, Padre, junto a Ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera. He manifestado Tu nombre a los hombres que del mundo Me diste; eran Tuyos y Me los diste, y han guardado Tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que Me has dado viene de Ti; porque Yo les he dado las palabras que Me diste; las recibieron, y entendieron que en verdad salí de Ti, y creyeron que Tú Me enviaste”.
Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que Me has dado; porque son Tuyos; y todo lo Mío es Tuyo, y lo Tuyo, Mío; y he sido glorificado en ellos. Ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y Yo voy a Ti, Padre santo, guárdalos en Tu nombre, el nombre que Me has dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno . Cuando Yo estaba con ellos, los guardaba en Tu nombre, elnombre que Me diste; y los guardé y ninguno se perdió, excepto el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliera. Pero ahora voy a Ti; y hablo esto en el mundo para que tengan Mi gozo completo en sí mismos. Yo les he dado Tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. No Te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del (poder del) maligno (del mal). Ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad. Como Tú Me enviaste al mundo, Yo también los he enviado al mundo. Y por ellos Yo Me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad”.
Pero no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno. Como Tú, oh Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú Me enviaste”.
La gloria que Me diste les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno: Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que Tú Me enviaste, y que los amaste tal como Me has amado a Mí”.
Padre, quiero que los que Me has dado, estén también conmigo donde Yo estoy, para que vean Mi gloria, la gloria que Me has dado; porque Me has amado desde antes de la fundación del mundo”.
Oh Padre justo, aunque el mundo no Te ha conocido, Yo Te he conocido, y éstos han conocido que Tú Me enviaste. Yo les he dado a conocer Tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que Me amaste esté en ellos y Yo en ellos”.

XVIII

Arresto de Jesús :
Después de decir esto, Jesús salió con Sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto en el cual entró El con Sus discípulos. También Judas, el que Lo iba a entregar (traicionar), conocía el lugar porque Jesús se había reunido allí muchas veces con Sus discípulos. Entonces Judas, tomando la tropa Romana , y a varios guardias de los principales sacerdotes y de los Fariseos, fue allá con linternas, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que Le iba a sobrevenir, salió y les dijo: "¿A quién buscan?" A Jesús el Nazareno, Le respondieron. El les dijo: "Yo soy." Y Judas, el que Lo entregaba, estaba con ellos. Y cuando El les dijo: "Yo soy," retrocedieron y cayeron a tierra. Jesús entonces volvió a preguntarles: "¿A quién buscan?" A Jesús el Nazareno, dijeron. Respondió Jesús: "Les he dicho que Yo soy; por tanto, si Me buscan a Mí, dejen ir a éstos." Así se cumplía la palabra que había dicho: "De los que Me diste, no perdí ninguno."
Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco. Jesús le dijo a Pedro: "Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre Me ha dado, ¿acaso no he de beberla?"

Jesús ante el Anás (Sumo Sacerdote) :
Entonces la tropa Romana, el comandante y los guardias de los Judíos prendieron a Jesús, Lo ataron, y Lo llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote ese año. Caifás era el que había aconsejado a los Judíos que convenía que un hombre muriera por el pueblo.

Pedro niega conocer a Jesús :
Simón Pedro seguía a Jesús, y también otro discípulo. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote, pero Pedro estaba afuera, a la puerta. Así que el otro discípulo, que era conocido del sumo sacerdote, salió y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro. Entonces la criada que cuidaba la puerta dijo a Pedro: "¿No eres tú también uno de los discípulos de este hombre?" "No lo soy," dijo él.
Los siervos y los guardias estaban de pie calentándose junto a unas brasas que habían encendido porque hacía frío. Pedro también estaba con ellos de pie, calentándose.

Anás interroga a Jesús :
Entonces el sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de Sus discípulos y de Sus enseñanzas. Jesús le respondió: "Yo he hablado al mundo públicamente; siempre enseñé en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los Judíos, y nada he hablado en secreto. ¿Por qué Me preguntas a Mí? Pregúntales a los que han oído lo que hablé; éstos saben lo que he dicho." Cuando dijo esto, uno de los guardias que estaba cerca, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? Jesús le respondió: "Si he hablado mal, da testimonio de lo que he hablado mal; pero si hablé bien, ¿por qué Me pegas?" Anás entonces Lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.

Pedro niega otra vez conocer a Jesús :
Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le preguntaron: "¿No eres tú también uno de Sus discípulos?" "No lo soy," dijo Pedro, negándolo. Uno de los siervos del sumo sacerdote, que era pariente de aquél a quien Pedro le había cortado la oreja, dijo: ¿No te vi yo en el huerto con Él? Y Pedro lo negó otra vez, y al instante cantó un gallo.

Jesús ante Pilato :
Entonces llevaron a Jesús de casa de Caifás al Pretorio (residencia oficial del gobernador); era muy de mañana; y ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua. Pilato, pues, salió afuera hacia ellos y dijo: ¿Qué acusación traen contra este hombre? Ellos respondieron: Si este hombre no fuera malhechor, no se Lo hubiéramos entregado. Entonces Pilato les dijo: Se Lo pueden llevar y juzgar conforme a su ley. A nosotros no nos es permitido dar muerte a nadie, le dijeron los Judíos. Esto sucedió para que se cumpliera la palabra que Jesús había hablado, dando a entender de qué clase de muerte iba a morir. Pilato volvió a entrar al Pretorio, y llamó a Jesús y Le preguntó: ¿Eres Tú el Rey de los Judíos? Jesús respondió: "¿Esto lo dices por tu cuenta, porque otros te lo han dicho de Mí?" Pilato contestó: ¿Acaso soy yo Judío? Tu nación y los principales sacerdotes Te entregaron a mí. ¿Qué has hecho? Jesús le respondió: "Mi reino no es de este mundo. Si Mi reino fuera de este mundo, entonces Mis servidores pelearían para que Yo no fuera entregado a los Judíos. Pero ahora Mi reino no es de aquí." ¿Así que Tú eres rey?, Le dijo Pilato. "Tú dices que soy rey," respondió Jesús. "Para esto Yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha Mi voz." Pilato Le preguntó: ¿Qué es la verdad?

Pilato permite la muerte de Jesús :
Y habiendo dicho esto, salió otra vez a donde estaban los Judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en Él. Pero es costumbre entre ustedes que les suelte a alguien (un preso) durante la fiesta de la Pascua. ¿Quieren, pues, que les suelte al Rey de los Judíos? Entonces volvieron a gritar, diciendo: No a Este, sino a Barrabás. Y Barrabás era un ladrón.

XIX

Entonces, Pilato tomó a Jesús y Lo azotó. Y los soldados tejieron una corona de espinas, la pusieron sobre Su cabeza y Lo vistieron con un manto de púrpura; y acercándose a Jesús, Le decían: ¡Salve, Rey de los Judíos! Y Le daban bofetadas. Pilato salió otra vez, y les dijo: Miren, Lo traigo fuera, para que sepan que no encuentro ningún delito en El. Y cuando Jesús salió fuera, llevaba la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡Aquí está el Hombre! Cuando Lo vieron los principales sacerdotes y los guardias, gritaron: ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Pilato les dijo: Ustedes, pues, Lo toman y Lo crucifican, porque yo no encuentro ningún delito en El. Los Judíos le respondieron: "Nosotros tenemos una ley, y según esa ley El debe morir, porque pretendió ser el Hijo de Dios. Entonces Pilato, cuando oyó estas palabras, se atemorizó aún más. Entró de nuevo al Pretorio (residencia oficial del gobernador) y dijo a Jesús: ¿De dónde eres Tú? Pero Jesús no le dio respuesta. Pilato entonces Le dijo: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte, y que tengo autoridad para crucificarte? Jesús respondió: "Ninguna autoridad tendrías sobre Mí si no se te hubiera dado de arriba; por eso el que Me entregó a ti tiene mayor pecado." Como resultado de esto, Pilato procuraba soltar a Jesús, pero los Judíos gritaron: Si suelta a Este, usted no es amigo del César; todo el que se hace rey se opone al César. Entonces Pilato, cuando oyó estas palabras, sacó fuera a Jesús y se sentó en el tribunal, en un lugar llamado el Empedrado, y en Hebreo Gabata. Y era el día de la preparación para la Pascua; eran como las seis de la mañana (hora Romana). Pilato dijo a los Judíos: Aquí está su Rey. ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo! gritaron ellos. ¿He de crucificar a su Rey? les dijo Pilato. Los principales sacerdotes respondieron: No tenemos más rey que el César. Así que entonces Pilato Lo entregó a ellos para que fuera crucificado.

Jesús es crucificado :
Tomaron, pues, a Jesús, y El salió cargando Su cruz al sitio llamado el Lugar de la Calavera, que en Hebreo se dice Gólgota, donde Lo crucificaron, y con El a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio. Pilato también escribió un letrero y lo puso sobre la cruz. Y estaba escrito: "JESUS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDIOS." Entonces muchos Judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en Hebreo, en Latín y en Griego. Por eso los principales sacerdotes de los Judíos decían a Pilato: No escribas, 'el Rey de los Judíos;' sino que El dijo: 'Yo soy Rey de los Judíos.' Pilato respondió: Lo que he escrito, he escrito.
Entonces los soldados, cuando crucificaron a Jesús, tomaron Sus vestidos e hicieron cuatro partes, una parte para cada soldado. Y tomaron también la túnica; y la túnica era sin costura, tejida en una sola pieza. Por tanto, se dijeron unos a otros: No la rompamos; sino echemos suertes sobre ella, para ver de quién será; para que se cumpliera la Escritura: "REPARTIERON ENTRE SI MIS VESTIDOS, Y SOBRE MI ROPA ECHARON SUERTES." Por eso los soldados hicieron esto.
Y junto a la cruz de Jesús estaban Su madre, y la hermana de Su madre, María, la mujer de Cleofas, y María Magdalena. Y cuando Jesús vio a Su madre, y al discípulo a quien El amaba que estaba allí cerca, dijo a Su madre: ¡Mujer, ahí está tu hijo! Después dijo al discípulo: ¡Ahí está tu madre! Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su propia casa .

Muerte de Jesús :
Después de esto, sabiendo Jesús que todo ya se había consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo: "Tengo sed." Había allí una vasija llena de vinagre. Colocaron, pues, una esponja empapada del vinagre en una rama de hisopo, y se la acercaron a la boca. Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: "¡Consumado es! (¡Cumplido está!)" E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Los Judíos entonces, como era el día de preparación para la Pascua, a fin de que los cuerpos no se quedaran en la cruz el día de reposo, porque ese día de reposo era muy solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero, y también las del otro que había sido crucificado con Jesús. Cuando llegaron a Jesús, como vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas; pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua.
Y el que lo ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que ustedes también crean. Porque esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: "NO SERA QUEBRADO HUESO SUYO." Y también otra Escritura dice: "MIRARAN A AQUEL QUE TRASPASARON."

Jesús es sepultado :
Después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los Judíos, pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato concedió el permiso. Entonces José vino, y se llevó el cuerpo de Jesús. Y Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, vino también, trayendo una mezcla de mirra y áloe como de treinta y tres kilos. Entonces tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en telas de lino con las especias aromáticas, como es costumbre sepultar entre los Judíos.
En el lugar donde fue crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual todavía no habían sepultado a nadie. Por tanto, por causa del día de la preparación de los Judíos, como el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.

XX

La resurrección (El sepulcro vacío) :
El primer día de la semana María Magdalena fue temprano al sepulcro, cuando todavía estaba oscuro, y vio que la piedra ya había sido quitada del sepulcro. Entonces corrió y fue adonde estaban Simón Pedro y el otro discípulo a quien Jesús amaba, y les dijo: Se han llevado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde Lo han puesto. Salieron, pues, Pedro y el otro discípulo, y fueron hacia el sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro; e inclinándose para mirar adentro , vio las envolturas de lino puestas allí, pero no entró. Entonces llegó también Simón Pedro tras él, entró al sepulcro, y vio las envolturas de lino puestas allí, y el sudario que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con las envolturas de lino, sino enrollado en un lugar aparte. También entró el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó. Porque todavía no habían entendido la Escritura de que Jesús debía resucitar de entre los muertos. Los discípulos entonces se fueron de nuevo a sus casas.

Jesús se aparece a María Magdalena :
Pero María estaba fuera, llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó y miró dentro del sepulcro; y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Mujer, ¿por qué lloras? le preguntaron. Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde Lo han puesto, les contestó ella. Al decir esto, se volvió y vio a Jesús que estaba allí, pero no sabía que era Jesús. "Mujer, ¿por qué lloras?" le dijo Jesús. "¿A quién buscas?" Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, Le dijo: Señor, si usted Lo ha llevado, dígame dónde Lo ha puesto, y yo me Lo llevaré. "¡María!" le dijo Jesús. Ella, volviéndose, Le dijo en Hebreo: ¡Raboní! (que quiere decir Maestro). Jesús le dijo: "Suéltame (No Me agarres) porque todavía no he subido al Padre; pero ve a Mis hermanos, y diles: 'Subo a Mi Padre y Padre de ustedes, a Mi Dios y Dios de ustedes.'"
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: "¡He visto al Señor!," y que El le había dicho estas cosas.

Jesús se aparece a los discípulos :
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, y estando cerradas las puertas del lugar donde los discípulos se encontraban por miedo a los Judíos, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y les dijo: "Paz a ustedes." Y diciendo esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los discípulos se regocijaron al ver al Señor (Eres parte de la familia de Dios). Jesús les dijo otra vez: "Paz a ustedes; como el Padre Me ha enviado, así también Yo los envío” (Consagrate al servicio del Señor: ora, lee La Biblia, da testimonio). Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen los pecados, éstos les son perdonados; a quienes retengan los pecados, éstos les son retenidos."

Incredulidad de Tomás :
Tomás, uno de los doce, llamado el Dídimo (el Gemelo), no estaba con ellos cuando Jesús vino. Entonces los otros discípulos le decían: ¡Hemos visto al Señor! Pero él les dijo: Si no veo en Sus manos la señal de los clavos, y meto el dedo en el lugar de los clavos, y pongo la mano en Su costado, no creeré.
Ocho días después, Sus discípulos estaban otra vez dentro (en la casa), y Tomás con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y dijo: "Paz a ustedes." Luego dijo a Tomás: "Acerca aquí tu dedo, y mira Mis manos; extiende aquí tu mano y métela en Mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente." ¡Señor mío y Dios mío! Le dijo Tomás (Jesús es tu Señor y amigo). Jesús le dijo: "¿Porque Me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron."

La razón por la que se escribió este libro :
Y muchas otras señales (milagros) hizo también Jesús en presencia de Sus discípulos, que no están escritas en este libro; pero éstas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo (el Mesías), el Hijo de Dios; y para que al creer, tengan vida en Su nombre.

XXI

Jesús se aparece a siete de sus discípulos :
Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a los discípulos junto al mar de Tiberias, y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo (el Gemelo), Natanael de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de Sus discípulos. Me voy a pescar, les dijo Simón Pedro. Nosotros también vamos contigo, le dijeron ellos. Fueron y entraron en la barca, y aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amanecía, Jesús estaba en la playa; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dijo: "Hijos, ¿acaso tienen algún pescado?" No, respondieron ellos. Y El les dijo: "Echen la red al lado derecho de la barca y hallarán pesca." Entonces la echaron, y no podían sacarla por la gran cantidad de peces. Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba, dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Oyendo Simón Pedro que era el Señor, se puso la ropa, porque se la había quitado para poder trabajar, y se echó al mar. Pero los otros discípulos vinieron en la barca, porque no estaban lejos de tierra, sino a unos 100 metros, arrastrando la red llena de peces. Cuando bajaron a tierra, vieron brasas ya puestas y un pescado colocado sobre ellas, y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos de los peces que acaban de sacar." Simón Pedro subió a la barca, y sacó la red a tierra, llena de peces grandes, ciento cincuenta y tres en total; y aunque había tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: "Vengan y desayunen." Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle: ¿Quién eres Tú? sabiendo que era el Señor. Jesús vino, tomó el pan y se lo dio; y lo mismo hizo con el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos, después de haber resucitado de entre los muertos.

Palabras de Jesús a Simón Pedro :
Cuando acabaron de desayunar, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿Me amas más que éstos?" Sí, Señor, Tú sabes que Te quiero, Le contestó Pedro. Jesús le dijo: "Apacienta Mis corderos."
Volvió a decirle por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿Me amas?" Sí, Señor, Tú sabes que Te quiero, Le contestó Pedro. Jesús le dijo: "Pastorea Mis ovejas."
Jesús le dijo por tercera vez: "Simónhijo de Juan, ¿Me quieres?" Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: "¿Me quieres?" Y Le respondió: Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que Te quiero. "Apacienta Mis ovejas," le dijo Jesús. "En verdad te digo, que cuando eras más joven te vestías y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde no quieras." Esto dijo, dando a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios. Y habiendo dicho esto, le dijo: "Sígueme."

El discípulo a quien Jesús quería mucho :
Pedro, volviéndose, vio que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y Le había preguntado: Señor, ¿quién es el que Te va a entregar? Entonces Pedro, al verlo, dijo a Jesús: Señor, ¿y éste, qué? Jesús le dijo: "Si Yo quiero que él se quede hasta que Yo venga, ¿a ti, qué? Tú, Sígueme." Por eso el dicho se propagó entre los hermanos que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: "Si Yo quiero que se quede hasta que Yo venga, ¿a ti, qué?"
Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y el que escribió esto, y sabemos que su testimonio es verdadero. Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían.
Es Palabra de Dios
Amén

SIETE PASOS PARA CONOCER A DIOS

  1. Reconoce que Dios te ama.
  2. Reconoce de tener necesidad de ayuda.
  3. Cree que Jesús es el único Salvador.
  4. Acepta a Jesús como tu personal Salvador.
  5. Reconoce que Jesús es tu Señor y amigo.
  6. Reconoce que ahora formas parte de la familia de Dios.
  7. Consagrate al servicio para el Señor. Lee la Biblia, da testimonio de lo que Él ha hecho y hace en tu vida.

ORACIÓN:
PADRE CELESTIAL, RECONOZCO QUE HE PECADO Y QUE TENGO NECESIDAD DE TU PERDÓN. CREO QUE TU HIJO, EL SEÑOR JESUCRISTO, A MUERTO EN LA CRUZ POR MI; ME ARREPIENTO DE MIS PECADOS Y MI DESEO ES ABANDONARLOS. POR MEDIO DE LA FE, INVITO, AHORA MISMO, AL SEÑOR JESÚS A ENTRAR EN MI CORAZÓN Y EN MI VIDA COMO PERSONAL SALVADOR POR MEDIO DE TU GRACIA, HE DECIDIDO DE SEGUIRLO Y DE OBEDECERLE COMO SEÑOR DE MI VIDA. AMÉN.